MADRID, 19 Nov. (EUROPA PRESS) -
Algunos caldos de sopa de verduras y carne tradicionales pueden interrumpir el ciclo de vida del más mortal de los parásitos de la malaria, el 'Plasmodium falciparum', según revelan los resultados de las pruebas de laboratorio, en lo que se cree que es el primer estudio de este tipo, publicado en Archives of Disease in Childhood'.
Dado que la malaria representa un riesgo para la mitad de la población mundial, y que la resistencia a los medicamentos utilizados para tratarla continúa creciendo, puede haber otros recursos naturales que vale la pena aprovechar para combatir esta plaga, sugieren los investigadores.
A la luz del desarrollo de la artemesina antipalúdica, utilizada en la medicina herbal china tradicional para tratar la fiebre, los investigadores querían ver si otros remedios 'naturales' también podrían tener propiedades antipalúdicas.
Pidieron a los alumnos de una escuela primaria de Londres que trajeran muestras de caldos de sopa caseros, cuyas recetas se habían transmitido de generación en generación para el tratamiento de la fiebre. Los niños provenían de diversos orígenes étnicos, de toda Europa, el norte de África y el Medio Oriente.
De los 60 caldos aportados, algunos eran demasiado densos para ser filtrados, y algunos contenían demasiado aceite, de modo que 56 quedaron disponibles para la prueba.
Varios parásitos diferentes de la familia 'Plasmodium' son responsables de causar malaria cuando se transmiten a través de la picadura de un mosquito infectado, pero 'P. falciparum' es el más mortal.
Los extractos filtrados de cada uno de los 56 caldos se incubaron durante 72 horas con diferentes cultivos de 'P. falciparum' para ver si alguno de los caldos podría detener el crecimiento de parásitos sexualmente inmaduros que causan enfermedades, además de bloquear la maduración sexual, cuando el parásito puede infectar al mosquito.
Se halló que cinco de los caldos pudieron frenar el crecimiento del parásito inmaduro sexualmente en más del 50%. En dos de estos, la actividad inhibitoria fue comparable con la de un fármaco antipalúdico líder, la dihidroartemisinina.
Otros cuatro caldos fueron más del 50% efectivos para bloquear la maduración sexual, por lo que potencialmente se detuvo la transmisión de la malaria.
Las recetas para cada uno de los caldos, que eran vegetarianas, a base de pollo o carne de res, variaron, sin ningún ingrediente particular común para aquellos con la actividad antipalúdica más fuerte.
Los ingredientes activos en los caldos estudiados aún no se han identificado y probado en ensayos clínicos, advierten los investigadores.
"La utilidad de cualquier caldo que tenga actividad antipalúdica dependerá, por supuesto, significativamente de la estandarización de la preparación de la sopa y, en última instancia, la identificación del ingrediente fuente activo, su fraccionamiento y, hacia su progresión, toxicología detallada con primero células humanas y luego ensayos preclínicos", señalan.