MADRID, 2 Sep. (EUROPA PRESS) -
Menos del 4 por ciento de los familiares de víctimas jóvenes de un paro cardiaco reciben información sobre exámenes familiares que podrían prevenir más muertes, según una investigación presentada en el Congreso de la Sociedad Europa de Cardiología ESC 2019, que se celebra en París junto con el Congreso Mundial.
"Cuando un paciente menor de 45 años muere de un paro cardiaco repentino, la probabilidad de una enfermedad cardiaca hereditaria es alta y la identificación precisa de la causa es crucial para los familiares", dice el autor del estudio, doctor Ardalan Sharifzadehgan, del Centro de Expertos en Muerte Súbita de París (Paris-SDEC), Francia.
"A todos los familiares de primer grado se les debe aconsejar que se sometan a pruebas de detección familiar y, finalmente, a pruebas genéticas si se sospecha una enfermedad cardiaca hereditaria --continúa--. Esto ayuda a aclarar el diagnóstico de su ser querido y puede desencadenar medidas preventivas como la modificación del estilo de vida, los betabloqueantes o un desfibrilador cardioversor implantable (DCI) para evitar la muerte de los familiares".
El estudio se realizó en pacientes con paro cardiaco menores de 45 años que estaban vivos cuando llegaron al hospital, pero posteriormente murieron en la unidad de cuidados intensivos (UCI).
La realización de pruebas diagnósticas en pacientes fue subóptima. Las angiografías coronarias se realizaron en 18 por ciento, las tomografías computarizadas de cerebro y tórax (CT) en 25 por ciento y la ecocardiografía transtorácica (TTE) en 29 por ciento.
Solo el 11 por ciento de las víctimas se sometieron a una autopsia y el 1,4 por ciento se tomaron muestras de sangre para realizar más pruebas genéticas después de la muerte. Finalmente, solo al 3,5 por ciento de las familias se les informó sobre la detección.
"Si bien hacer estos exámenes en el cien por cien de los pacientes es ideal, no siempre será realista, ya que algunos tienen problemas circulatorios que impiden las pruebas precisas", dice el doctor Sharifzadehgan.
"Alrededor de dos tercios de los pacientes con paro cardiaco repentino que están vivos al ingreso en el hospital mueren en la UCI --destaca--. Los supervivientes se someten a más exámenes y los familiares reciben más información sobre la detección familiar. Esto demuestra que las investigaciones sistemáticas tempranas son fundamentales para comprender la causa subyacente, y seguir mejor se necesitan familias después de eventos fatales".
No se identificó una causa específica de muerte en más de la mitad de los pacientes en el estudio (56 por ciento). "Creemos que esto se debe a la falta de pruebas cardiacas centrales durante la hospitalización, como tomografías computarizadas, TTE y angiografía coronaria --dice--. Además, hubo una autopsia y pruebas genéticas mínimas realizadas después de cada muerte, dejando el estudio sin datos para determinar una causa específica o un diagnóstico cardiaco y detener las muertes futuras en los miembros de la familia".
Se identificó una causa específica de muerte en el 44 por ciento de los pacientes. Las causas fueron síndrome coronario agudo (45 por ciento), cardiopatía no isquémica estructural (26 por ciento), embolia pulmonar (14 por ciento), enfermedad coronaria crónica (10 por ciento) y cardiopatía no estructural (1,8 por ciento).
El estudio se realizó utilizando datos del registro Paris-SDEC sobre 18.622 paros cardiacos extrahospitalarios en el área de París entre 2011 y 2016. De ellos, 3.028 fueron ingresados ??vivos a la UCI en 48 hospitales. De los pacientes ingresados ??vivos a la UCI, 2.190 murieron, incluidos 367 pacientes menores de 45 años que fueron el foco del estudio actual.