MADRID 14 Nov. (EUROPA PRESS) -
En el último año han aumentado los accidentes de tráfico, los incidentes de violencia doméstica y las enfermedades de transmisión sexual, siendo el alcohol uno de los principales responsables, especialmente cuando se hace en forma de "atracones" de bebida, es decir, ingestas de más de 4 consumiciones de contenido alcohólico en poco rato (entorno a las 2 horas) o más de 3 consumiciones en mujeres, menores o ancianos, según han avisado desde Socidrogalcohol con motivo de la celebración, este jueves, del Día Sin Alcohol.
"Este patrón de consumo perjudicial produce una elevada concentración de alcohol en el organismo que genera un gran impacto en el cerebro. Y se manifiesta a través de alteraciones del comportamiento, que son la manifestación de un estado transitorio de mal funcionamiento del cerebro intoxicado por el alcohol", ha comentado el vicepresidente de Socidrogalcohol, Josep Guardia Serecigni.
Las consecuencias negativas de los "atracones" de bebida son la inestabilidad a la marcha e incoordinación motora, que son la causa de accidentes, caídas, lesiones y fracturas; la desinhibición de impulsos agresivos, que puede ser la causa de conflictos, discusiones, peleas y agresiones; y la desinhibición de impulsos sexuales, que aumenta el riesgo de contagio de enfermedades de transmisión sexual y también de embarazos no deseados.
"La desinhibición sexual producida por el consumo de alcohol aumenta el riesgo de actividad sexual no protegida, lo cual contribuye a una mayor expansión de enfermedades de transmisión sexual como sífilis, gonorrea, hepatitis víricas, sida y otras, que están repuntando últimamente, a pesar de los actuales planes de prevención. A esta desinhibición sexual se puede sumar la desinhibición de impulsos agresivos, aumentando el riesgo de maltrato y abuso sexual", ha comentado el experto.
La Organización Mundial de la Salud (2010) ha identificado el consumo abusivo de alcohol como uno de los factores de riesgo en la violencia contra la pareja y la violencia sexual. De hecho, un porcentaje significativo de maltratadores presentan un consumo excesivo o una adicción al alcohol.
Asimismo, se estima que alrededor del 20 por ciento de hombres que participan en programas de tratamiento de alcohol y drogas han cometido alguna agresión hacia su pareja durante el año anterior al inicio del tratamiento para la adicción.
En este punto, el experto ha recordado que bajo los efectos del alcohol, asociado a drogas o a medicamentos tranquilizantes, aumenta la probabilidad y la gravedad de los accidentes de tráfico y también de las agresiones a la pareja, familiares y de auto-agresiones.
El incremento en la cantidad de drogas decomisadas y la detección de un claro incremento en los puntos de venta, como narcopisos o clubs cannábicos, suele ir en paralelo a un incremento del consumo de drogas, que contribuyen también a un aumento del consumo de alcohol y a cambios en el funcionamiento del cerebro que facilitan el desarrollo de una adicción al alcohol.
Algunas personas que han sufrido un episodio de consumo de marihuana, cocaína, o incluso de heroína en su juventud y que lo han superado, sin bien pueden desarrollar años más tarde un grave episodio de adicción al alcohol, que únicamente responde a un tratamiento especializado intensivo.
"El alcohol también tiene propiedades adictivas que pueden contribuir a que determinadas personas desarrollen un estado de necesidad biológica de tomar bebidas alcohólicas en exceso, a pesar de que ya les hayan ocasionado enfermedades, consecuencias negativas o problemas reiterados, que no pueden evitar, si han desarrollado una adicción al alcohol", ha apostillado Guardia Serecigni.
Por otra parte, el experto ha comentado el impacto repetido del alcohol y las drogas sobre el cerebro contribuye al desarrollo de un condicionamiento adictivo que moldea, no sólo el comportamiento de la persona, sino también sus emociones y sus creencias.
Además, prosigue, la adicción al alcohol tiene repercusiones biológicas (cambios adaptativos en el funcionamiento del cerebro), psicológicas (cambios cognitivos, conductuales y emocionales) y también sociales (familiares, económicas, laborales y legales). Y es que, la persona que ha cometido un delito en estado de intoxicación, tras haber hecho un "atracón" de bebida, puede aprender de la experiencia y reducir sus consumos de alcohol por ocasión, si desea evitar la reincidencia en el delito (que le puede haber llevado incluso a prisión).
"Sin embargo, la persona que hace "atracones" de bebida, no porque quiere sino porque no puede evitarlo, debido a que ha desarrollado una adicción al alcohol, tiene un elevado riesgo de consumo descontrolado de alcohol que inevitablemente le llevará a la reincidencia del delito. Por este motivo, cuando una persona padece una adicción al alcohol, y ha cometido ya algún delito, bajo los efectos de la intoxicación alcohólica, debería incorporarse a un tratamiento especializado del alcoholismo, que debería ir acompañado de un seguimiento judicial, con la finalidad de evitar de la reincidencia en el delito", ha dicho el vicepresidente.
TRATAMIENTO ESPECIALIZADO DEL ALCOHOLISMO
La adicción al alcohol es una enfermedad común que responde al tratamiento especializado, siempre que la persona con adicción siga las instrucciones de los profesionales que la atienden. El tratamiento especializado del alcoholismo detiene el curso progresivo de esta enfermedad la cual, abandonada a su evolución espontánea, tiende hacia el empeoramiento progresivo, la cronicidad y el acúmulo de consecuencias negativas familiares, laborales, sociales, económicas y legales.
Asimismo, diversas intervenciones psicosociales, acompañadas de medicamentos específicos, han demostrado que son eficaces para la recuperación de la adicción al alcohol. Sin embargo, la mayoría de personas que sufren una adicción al alcohol no han hecho nunca un tratamiento especializado.
Otros países ya han adoptado medidas para reducir las consecuencias negativas del consumo excesivo de alcohol y después han evaluado su eficacia. Gracias a ello hay evidencias científicas que permiten afirmar que actualmente las medidas más eficaces son, por ejemplo, la prohibición de la publicidad (tanto directa como indirecta), de la promoción y del patrocinio de bebidas alcohólicas, ya que todo ello producen un incremento del consumo de alcohol, sobretodo en los menores.
Elevar el precio de cada bebida, de acuerdo con su contenido de alcohol, ya que cuanto más barato es el precio relativo de cada gramo de alcohol, más asequible es la bebida y mayor es su consumo, sobretodo para los menores; reducir las horas de venta nocturna y también la densidad de puntos de venta de bebidas alcohólicas; y garantizar el cumplimiento de la legislación vigente, tanto por lo que se refiere a la prohibición del consumo de alcohol en menores, como en relación al límite legal para conducir, son otras de las iniciativas que han demostrado más eficacia.
Del mismo modo, el experto ha destacado la importancia de sensibilizar a la población general acerca de las consecuencias negativas del consumo excesivo de alcohol, con la finalidad de superar la actual banalización de su potencial peligrosidad ya que, entre todas las sustancias adictivas, las bebidas alcohólicas son las que la población considera como las menos peligrosas; así como de informar a la población sobre el concepto y las consecuencias de la adicción al alcohol, y también sobre la disponibilidad de tratamiento especializado público y gratuito.
"El tratamiento especializado de la adicción al alcohol puede detener el curso de la enfermedad adictiva y evitar las graves consecuencias que más adelante se van a producir, y que afectarán negativamente tanto a la persona que bebe en exceso como a sus familiares", ha zanjado Guardia Serecigni.