MÁLAGA, 4 May. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de investigadores del departamento de Geografía de la Universidad de Málaga (UMA) han liderado un estudio en el que se ha demostrado que las aglomeraciones o focos vecinales son una vía de contagio de la COVID-19.
Así, este equipo, en colaboración con la Cátedra de Seguridad, Emergencias y Catástrofes, lideró, desde prácticamente el inicio de la pandemia de la COVID-19, un estudio para la realización de una cartografía de máximo detalle y en tiempo real de los afectados por coronavirus en la ciudad de Málaga.
Un proyecto que analiza el modelo de propagación del virus en entornos urbanos, que para su desarrollo recibe financiación del Instituto de Salud Carlos III, y cuyos primeros resultados acaban de ser publicados en la revista científica 'International Journal of Environmental Research and Public Health'.
Los científicos de la UMA han demostrado que, junto a la vía de trasmisión de brotes producidos por eventos sociales --principalmente ocio o trabajo--, cuyo control se aborda por las autoridades sanitarias a través del rastreo; existe otra vía complementaria de contagio, la del foco vecinal, es decir, aglomerados de vecinos y simultáneos en el tiempo con un origen común.
"La permanencia de los focos en el mismo espacio o sectores adyacentes en periodos semanales contiguos, y el hecho de que, del total de afectados nuevos, una gran parte de los casos provenga de focos activos en el periodo inmediatamente anterior, reafirman la solidez de la hipótesis del contagio entre vecinos de una zona", ha afirmado la profesora de Geografía María Jesús Perles, quien ha coordinado este estudio.
Se trata de un estudio que, frente al análisis de la distribución de los afectados de forma acumulada, realiza instantáneas semanales, prácticamente en tiempo real. "Esto nos permite ser más precisos y tener mayor capacidad de interpretación de la causa de la red de contagio, ya que prácticamente se trabaja con aglomerados de casos activos, que a la vez están muy cerca", ha explicado.
CRIBADOS MASIVOS
Esta cartografía de focos en tiempo real permite, por tanto, la detección temprana y precisa de los focos activos, así como la aplicación de cribados colectivos e inmovilización de positivos asintomáticos, una estrategia clave, según la investigadora de la UMA, para frenar la expansión desde la raíz, en los momentos en los que la tasa de reproducción en el foco se encuentra en un estadio controlable.
"El uso de esta estrategia tiene gran potencial para la contención de la cadena de contagio en la zona activa y en el conjunto de la ciudad", ha agregado el director de la Cátedra de Seguridad, Emergencias y Catástrofes, Jesús Miranda, quien ha indicado, además, que requiere un menor esfuerzo que otros mecanismos de control como el rastreo.
La utilización del foco como unidad epidemiológica conecta con otras investigaciones desarrolladas en el plano nacional e internacional. Este estudio de la UMA se aplica a la ciudad de Málaga y recoge, en diferentes mapas de diagnóstico, la aparición y evolución de los focos a lo largo de un año de evolución.
Junto a los investigadores del departamento de Geografía y de la Cátedra de Seguridad, Emergencias y Catástrofes, también forman parte de este proyecto el grupo de I+D+i de la UMA de Ingeniería de Comunicaciones. Igualmente, colabora el Hospital Regional de Málaga y el Ayuntamiento de la ciudad.