VALENCIA, 17 Dic. (EUROPA PRESS) -
La primera Navidad tras la muerte de un ser querido siempre es complicada, se suele sentir apatía por éstas fiestas que deben vivirse en familia, y rechazo a los encuentros familiares. Sin embargo, lo mejor es afrontar "de forma progresiva" estas fiestas, explica la doctora Nuria Javaloyas, psicóloga del Hospital Quirónsalud Torrevieja.
El espíritu navideño "choca frontalmente con los sentimientos de tristeza y añoranza que una persona en duelo siente. Por eso, la reacción más común de alguien que está en esa situación es huir o suprimir las navidades. Aunque esa sea una reacción normal e, incluso, necesaria en ocasiones, no es lo más recomendable", añade. En separaciones de pareja, aconsejable rodearse de la red social y familiar más próxima y compartir los sentimientos ya que "huir" de las fiestas "no es lo más recomendable".
La especialista propone, tras la muerte de un ser querido, reunir a la familia que se junta en esas fechas unos días antes para que cada uno exponga lo que necesita y lo que no desea hacer e intentar llegar a acuerdos entre todos, "respetando sobre todo a los miembros de la familia que más vinculación tenían con la persona fallecida".
Asimismo, aconseja "tener en cuenta a los niños" ya que los pequeños de la casa "ayudan mucho a normalizar el duelo". "Ellos pueden contribuir a crear un ambiente más distendido en esos días; hay que proponerles que hagan dibujos dedicados, poesías, etc", explica.
La experta aconseja afrontar las primeras navidades "de forma progresiva, según nuestro margen de tolerancia". Como ejemplo, señala que es posible que se pueda aceptar una cena en familia en Nochebuena "pero decidimos que no se haga en casa de la mamá porque ella era la que siempre cocinaba y este año es ella la que ya no está".
Otra propuesta es compartir con el resto de la familia "el sentimiento de añoranza". "Crear un espacio breve, mejor al inicio de la comida o la cena, donde todos conectemos con su ausencia; nos será así un poco más fácil sobrellevar el resto de la reunión familiar", propone.
Tras una ruptura de pareja, la persona tiene que pasar por un proceso de duelo, en el que sus emociones y sentimientos "se van transformando a medida que pasa el tiempo". Como explica la doctora Marina Sangonzalo, psicóloga del Hospital Quirónsalud Valencia, "es común que la persona tenga estados afectivos negativos y se sienta triste, desesperanzada y desconcertada y que experimente también sentimientos de culpabilidad, rabia, ansiedad e inseguridad".
Además, son "comunes" determinados estados cognitivos como "pensamientos negativos y falta de interés en algunas actividades".
"Sin duda, hay cosas que ayudan a pasar mejor por estos momentos y más en fechas tan delicadas como las navideñas. Es aconsejable rodearse de la red social y familiar más próxima, permitirse expresar los sentimientos y los pensamientos a las personas oportunas y tener contacto con la expareja solo en los casos necesarios", ha relatado.
También aconseja Sangonzalo "dejar apartadas aquellas cosas que recuerden a quien se ha perdido, ya que hay que vivir y gestionar las emociones que vengan, pero no engancharnos a ellas".
NORMALIZAR LA SITUACIÓN CON LOS HIJOS
En el caso en el que se tengan hijos, recomienda intentar que, tras la ruptura, estas fiestas se vivan "con la mayor normalidad posible y procurar que sigan disfrutando de las mismas como han hecho hasta ahora". La doctora Sangonzalo aconseja prepararles antes, pero "sin ser alarmistas, pues hay que normalizar la situación lo máximo posible".
"Lo conveniente es que pasen tiempo con ambos progenitores, y que estén conectados telefónicamente con el otro miembro para que no tengan tan presente la ausencia", explica la especialista. En esta línea, resalta que es "beneficioso que el resto de familiares contribuya a crear un clima optimista, seguro y libre de rivalidades y juicios sobre los padres".
"Para ello, sería muy positivo que cuando uno de los progenitores dejase a su hijo con el otro miembro de la pareja, le animase a pasárselo bien, a que disfrute de la otra parte de la familia y le recuerde que seguirán en contacto", añade la doctora. Por último, es muy importante tomar en cuenta los deseos que tienen los hijos en cuanto a la distribución de las navidades, sobre todo en los más mayores.