MADRID 9 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) se está preparando para la llegada de una crisis nutricional en la que se estima que 1.025.000 niños sufrirán desnutrición severa el próximo año en la región africana del Sahel, lo que pondrá en peligro sus vidas.
La organización considera un "reto enorme" proporcionar esta ayuda y ya está ordenando la distribución de alimentos terapéuticos y suministros de emergencia. Así, la oficina de UNICEF en África occidental y central estima que el mayor número de casos de niños menores de cinco años con desnutrición grave y aguda estará en Níger, con unos 330.600 casos detectados hasta el momento, y donde el Gobierno ha emitido una alerta advirtiendo de que más de la mitad de las localidades del país son vulnerables a la inseguridad alimentaria.
Otros países y regiones donde se espera que la infancia necesite una atención especial son Chad, el norte de Nigeria, el norte de Camerún, Burkina Faso, Malí, Mauritania y el norte de Senegal. El director regional de UNICEF, David Gressly, ha explicado que "esta crisis que afecta a los niños va a ser un gran desafío", por lo que "no es una alerta emitida a la ligera", sino que la magnitud de este problema exige una respuesta adecuada que debe comenzar enseguida.
En ese sentido, ha señalado que "se puede evitar la tragedia si con un esfuerzo sin precedentes en la región del Sahel, lo que implica asegurarse de que los profesionales están en el terreno con los suministros adecuados y que se hace lo suficiente para contener la amenaza de las enfermedades entre las poblaciones debilitadas".
UNICEF necesita de manera urgente 65,7 millones de dólares (49,17 millones de euros) para sus trabajos en materia de nutrición y salud, así como para la distribución de suministros. Sin embargo, esta cantidad podría aumentar para asegurar que las intervenciones puedan realizarse a lo largo de todo el próximo año. No sólo para mejorar el nivel de nutrición, sino para fortalecer los programas de salud, mejorar el abastecimiento de agua y el saneamiento en los centros de alimentación, así como la educación y protección de los niños desplazados y sus familias.