BARCELONA 24 Mar. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Instituto de Biología Evolutiva (IBE), centro mixto del CSIC y la UPF, han participado en un estudio internacional que advierte del papel de las aves marinas como reservorios de patógenos potencialmente infecciosos.
El artículo, publicado en la revista 'Plos One', subraya que las aves que viven en el Mediterráneo, como la gaviota de patas amarillas, son portadoras de flavivirus, un género de virus responsable de enfermedades infecciosas como el dengue, la fiebre amarilla o la encefalitis.
Los investigadores han analizado la presencia de flavivirus en gaviotas de 19 colonias en España, Francia, Argelia y Túnez, y han constatado que su presencia es "muy heterogénea en las diferentes áreas", como demuestra que el 56% de los huevos analizados en la costa de Girona habían desarrollado anticuerpos contra la proteína de la cápsula viral específica del flavivirus, pero no contra cepas comunes como el virus del Nilo o de la encefalitis.
El trabajo ha analizado anticuerpos en los huevos mediante técnicas bioquímicas inmunológicas, ha realizado ensayos de neutralización para identificar la presencia de virus específicos y, en las colonias donde los huevos de gaviota había dado positivo al virus, se estudió si los insectos potenciales vectores de transmisión del virus --como mosquitos y garrapatas-- también estaban infectados.
El hallazgo pone de manifiesto la "necesidad de explorar la distribución espacial y temporal" de los flavivirus, así como su potencial como patógeno para animales y seres humanos.
En la investigación han participado también investigadores de la Universitat de Barcelona (UB) y del Centro de Investigación en Salud Animal (Cresa), así como centros de Francia, Túnez y Arabia Saudí.
El IBE ya publicó en abril de 2012 otro artículo científico en la revista 'Biology Letters' en el que aseguraba que las aves marinas dispersan parásitos a grandes distancias y juegan un "importante papel" en la dispersión y biodiversidad de los mismos, además de los agentes infecciosos que éstos puedan transmitir.
Los investigadores analizaron entonces la diversidad genética de una especie de garrapata --'Ornithodoros capensis'-- en diversas especies de aves marinas, entre ellas el alcatraz pardo y la pardela de Cabo Verde, en diversas islas del archipiélago.