MADRID, 2 Ago. (EUROPA PRESS) -
El golpe de calor y la insolación son cuadros clínicos graves que dejan con facilidad secuelas irreversibles en órganos importantes como el cerebro y riñones, y que, si no se diagnostican rápidamente y se tratan, pueden llevar incluso al fallecimiento, según ha explicado el director médico de iQtra Medicina Avanzada, Ángel Villamor.
"En un golpe de calor o insolación, nuestro cuerpo pierde el control de la termorregulación, pierde la capacidad de compensar las altas temperaturas, deja de refrigerar y no puede regresar a su temperatura normal", ha señalado Villamor.
Según el especialista, tanto el golpe de calor como la insolación son dos estados fisiológicos muy similares, agudos y peligrosos que requieren un tratamiento de urgencia porque pueden provocar una inflamación brusca de órganos importantes como el cerebro, los riñones, el corazón o los músculos, dejando secuelas irreversibles.
"Los primeros síntomas que debemos tener presentes para detectar el inicio de uno de estos cuadros, tanto en deportistas como en niños o ancianos, son la aparición de piel roja que, al principio, se acompaña de un exceso de sudoración y que, cuando se agrava el cuadro, pasa a convertirse en piel roja y seca", ha indicado el especialista.
"Inicialmente veremos mucha sudoración como esfuerzo termorregulador de la piel y cuando este mecanismo empieza a fracasar, normalmente agotado y en muchos casos empeorado por la deshidratación, observaremos una piel enrojecida pero seca. En estos momentos, si tomamos la temperatura con un termómetro, podremos descubrir que la temperatura puede llegar a 39, 40 e incluso más grados centígrados, lo cual es un
signo alarmante de extrema gravedad y urgencia. Otros signos importantes que hemos de buscar son el incremento en la frecuencia respiratoria y cardiaca", ha indicado Villamor.
Otro de los síntomas que se puede dar en estos casos es un dolor de cabeza palpitante. También una de las primeras manifestaciones puede ser la debilidad y calambres musculares que en parte aparecen por la pérdida de minerales con el sudor, pero también como una manifestación neurológica porque a esto le van a seguir alteraciones del estado mental y del comportamiento como la somnolencia, especialmente en niños y ancianos, otros como la confusión y la visión borrosa; incluso agitación o irritabilidad.
"Cuando hablamos del tratamiento no podemos dejar de insistir en que es la forma más grave de lesión por calor y que precisa de una actuación inmediata por muy leves que nos parezcan los síntomas. De manera que siempre debemos recordar, como ante cualquier urgencia importante, nuestra primera reacción deberá ser llamar al 112", ha subrayado.
El especialista recomienda apartar a la persona afectada del ambiente caluroso poniéndola en la sombra, buscando un lugar refrigerado, quitarle la ropa de inmediato y empezar a bajar su temperatura aplicando frío en la cabeza, el cuello, las axilas y la ingle. En el caso de no disponer de agua se debe intentar refrigerarle con aire; con el simple hecho de abanicarlo o buscar un ventilador, y si es posible, un aire acondicionado frío sería mucho más efectivo.
"Si disponemos de agua, con una esponja, un trapo o toallas mojadas aplicaremos el frío en estos cuatro puntos, además de en el resto del cuerpo. Si disponemos de una manguera, una ducha, o mucho mejor, sumergirlo en un baño de agua fría, este sería el modo más efectivo.
Según la literatura médica no es recomendable la ingesta de fármacos antifebriles como el paracetamol. Debemos evitar darle infusiones calientes o friccionarle con alcohol, que puede llegar a ser tóxico", ha resaltado.
PREVENCIÓN
En cuanto a la prevención, hay que recordar "usar ropa liviana y holgada, de colores claros para evitar el calor excesivo y permitir la transpiración. El uso de protección solar con una aplicación continua cada dos o tres horas, puesto que las quemaduras por sol también afectan la capacidad de la piel para defenderse de las altas temperaturas. Beber, al menos, dos litros y medio diarios de líquidos cuando estamos en un ambiente caluroso y siempre en pequeñas cantidades y de un modo periódico; especialmente importante hacerlo cuando estamos con
niños en un ambiente de este tipo, hidratarlo sin esperar a que lo pida o tenga la sensación de sed", ha apuntado el director médico de iQtra.
En este sentido, se debe beber constantemente sin esperar a tener la sensación de sed, de ser posible hacerlo con bebidas isotónicas que repongan los minerales perdidos con la sudoración.
"Una advertencia o consejo para los deportistas es el aclimatarse a estos ambientes, un proceso que puede llevar incluso semanas. La práctica del deporte debe hacerse de modo progresivo a modo de aclimatación antes de forzar nuestras posibilidades" ha concluido Villamor.