MADRID 31 Jul. (EUROPA PRESS) -
La actividad inflamatoria en el cuerpo causada por la artritis reumatoide está relacionada con deterioros cognitivos específicos, según un pequeño estudio comparativo publicado en la revista de acceso abierto 'RMD Open' por Pablo Cabezudo-García del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga y Plataforma en Nanomedicina (Plataforma IBIMA BIONAND), en Málaga.
Se trata de una disminución de las capacidades visoespaciales, de la memoria, del pensamiento abstracto y de las funciones ejecutivas de la memoria de trabajo, la concentración y la inhibición. La actividad inflamatoria en la artritis reumatoide se ha asociado con varios efectos sistémicos, incluso en el cerebro, pero no está claro qué dominios cognitivos específicos podrían verse afectados.
Para intentar averiguarlo, los investigadores compararon la función cognitiva de 70 adultos con artritis reumatoide (80% mujeres, edad promedio de 56 años) bajo el cuidado de un hospital y 70 voluntarios sin artritis reumatoide, y emparejados por edad, sexo y nivel educativo. Así, casi 3 de cada 4 pacientes (49; 72%) presentaban niveles moderados a altos de actividad inflamatoria sistémica causada por su enfermedad, medidos por los niveles de proteínas indicativas y el grado de inflamación articular, a pesar del tratamiento farmacológico convencional. Habían padecido la enfermedad durante un promedio de 10,5 años.
Los 140 participantes se sometieron a una evaluación neurológica y psicológica integral, además de varias pruebas cognitivas validadas y evaluaciones del estado de ánimo y la calidad de vida entre junio de 2022 y junio de 2023. Las capacidades cognitivas específicas evaluadas fueron: capacidad de procesar y ordenar información visoespacial; denominación; atención; lenguaje; pensamiento abstracto; recuerdo diferido; y orientación, además de funciones ejecutivas de memoria de trabajo, concentración e inhibición. El deterioro cognitivo se definió como una puntuación en la Evaluación Cognitiva de Montreal (MoCA) de menos de 26 sobre un máximo de 30.
Asimismo, srecopiló información sobre otros factores de riesgo influyentes, como la edad, el sexo, el tabaquismo, el consumo de alcohol, la hipertensión arterial, la obesidad, los niveles de grasa en sangre, la diabetes y los antecedentes de cardiopatía o accidente cerebrovascular.
En general, quienes tenían deterioro cognitivo tendían a ser mayores, tener un nivel educativo más bajo y más afecciones coexistentes, como obesidad, niveles no saludables de grasa en sangre y presión arterial alta, que aquellos con cognición intacta.
Sin embargo, los pacientes con artritis reumatoide obtuvieron puntuaciones medias más bajas en la Evaluación Cognitiva de Montreal que los voluntarios (23 frente a 25), y puntuaciones más bajas en la función ejecutiva. Se registró deterioro cognitivo en el 60% de ellos en comparación con el 40% de los voluntarios.
Significativamente más pacientes también obtuvieron puntuaciones más altas en ansiedad y depresión y obtuvieron puntuaciones más bajas en calidad de vida que los voluntarios. Los pacientes con deterioro cognitivo presentaban una actividad inflamatoria más sustancial y persistente que aquellos pacientes que mantenían su función cognitiva, y eran más propensos a presentar síntomas de depresión y menor capacidad física. Los factores asociados con el mayor riesgo de deterioro cognitivo entre los pacientes fueron la obesidad (casi 6 veces el riesgo) y la actividad inflamatoria a lo largo de la enfermedad (alrededor del doble del riesgo). Al igual que en la población general, la edad avanzada y el menor nivel educativo también fueron factores de riesgo.
Para explicar sus hallazgos, los investigadores señalan sugerencias previas de que la inflamación crónica, los procesos autoinmunes y los síntomas persistentes de dolor y fatiga asociados con la artritis reumatoide podrían sustentar la disminución de la función cognitiva.
Se trata de un estudio observacional, por lo que no se pueden extraer conclusiones definitivas sobre los factores causales. Además, los investigadores reconocen que sus hallazgos tienen varias limitaciones, incluida la falta de pruebas de diagnóstico por imagen para detectar el daño vascular asociado con el deterioro cognitivo.
Pero concluyen: "Estos resultados apoyan la hipótesis de que [la artritis reumatoide] es una enfermedad inflamatoria sistémica crónica que afecta a múltiples sistemas, incluido el tejido neural Los resultados subrayan la importancia de un control más temprano y estricto de la actividad de la artritis y la necesidad de nuevas estrategias terapéuticas dirigidas a los factores asociados, con el objetivo de mitigar el riesgo de deterioro cognitivo en pacientes con artritis reumatoide".