MADRID, 24 Abr. (EUROPA PRESS) -
Para los adultos menos activos la cantidad de tiempo que pasan sentados puede estar asociada con un mayor riesgo de muerte, sin embargo, aumentar la actividad física a los niveles recomendados puede eliminar esta asociación en algunos casos, según un estudio realizado por la Universidad de Sydney (Australia).
Estudios recientes han determinado que los altos niveles de comportamiento sedentario están asociados con resultados adversos para la salud. Sin embargo, señalan los investigadores, el vínculo entre el comportamiento sedentario, la mortalidad y las enfermedades del corazón no siempre se conocen bien.
En este estudio, publicado en 'Journal of the American College of Cardiology', los investigadores intentaron determinar la asociación entre el comportamiento sedentario y la actividad física en la mortalidad, además de estimar los efectos de la sustitución de estar sentado por estar de pie, la actividad física y el sueño.
El profesor de actividad física, estilo de vida y salud de la Universidad de Sydney, Emmanuel Stamatakis, asegura que los estudios anteriores "no han considerado que un día de 24 horas sea finito y un aumento en cualquier tipo de actividad física o conducta sedentaria desplazaría otra actividad o sueño".
Los participantes en el estudio fueron 149.077 mujeres y hombres australianos de 45 años o más, a quienes se les pidió que completaran un cuestionario que determinaba cuántas horas por día pasaban sentados, de pie y durmiendo. Además, se les preguntó sobre el tiempo total dedicado a caminar o participar en alguna actividad física moderada o vigorosa.
El tiempo de estar sentado diario se clasificó en menos de cuatro horas, de cuatro a menos de seis horas, de seis a ocho horas y de más de ocho horas. Por su parte, la actividad física semanal se clasificó como: sin actividad física (inactiva), 1-149 minutos (insuficientemente activa), 150-299 minutos (suficientemente activa en el límite inferior de las recomendaciones de actividad física de Aurstralia), 300-419 (suficientemente activa en el límite superior) y 420 minutos o más (muy activo).
El resultado fue que los tiempos más altos de estar sentado (más de seis horas) se asociaron con mayores riesgos de mortalidad por todas las causas y enfermedad cardiovascular, pero la mayoría de ellos, a pesar de estar sentados tantas horas al día, no cumplía las recomendaciones de actividad física.
Cumplir con las recomendaciones de actividad física, reveló el estudio, incluso cumplir con los requisitos más bajos de esta actividad física, eliminó la asociación con el riesgo de mortalidad por todas las causas. Con la excepción de los que se sentaron más (más de 8 horas al día).
En comparación con los que eran muy activos y se sentaban menos de cuatro horas al día, el riesgo era considerablemente más elevado, incluso entre los participantes físicamente inactivos que se sentaban durante 4 horas al día solamente.
"REDUCIR LOS TIEMPOS DE ESTAR SENTADO PUEDE SER INSUFICIENTE"
Sobre los datos que reveló el estudio Stamatakis afirma que los resultados "respaldan los esfuerzos continuos que se deben hacer para promover la actividad física en aquellos segmentos de la población que se sientan mucho por cualquier razón. En ausencia de alguna actividad física, simplemente reducir los tiempos de estar sentado puede ser insuficiente para una mejor salud".
Si bien la sustitución de sentarse por estar de pié se asoció con la reducción del riesgo para la salud en las personas que pasaban más tiempo sentadas, el reemplazo de estar sentado por la actividad física se asoció de manera más consistente con la reducción del riesgo en las personas más activas.
"Una posible explicación para esto es que entre los participantes más sedentarios la posición puede no ser suficiente para reducir los riesgos para la salud. En cambio, sustituir sentarse por caminar rápido puede ser una mejor opción para la mayoría de los adultos", afirmó Stamatakis.
Los investigadores descubrieron que la actividad física moderada solo reducía el riesgo de enfermedad cardiovascular en las personas que menos tiempo pasaban sentadas. Los mayores efectos de reducción en el riesgo se observaron para la actividad física vigorosa pero este nivel de actividad, señalan los investigadores, puede no ser posible para todos los adultos.
Asimismo, remplazar sentarse por dormir no se asoció con cambios en el riesgo de mortalidad en aquellos que dormían siete horas al día o menos, pero se asoció con un mayor riesgo en aquellos que dormían más de siete horas.