La actividad cerebral favorece la absorción de una proteína neuroprotectora presente en la sangre, según estudio

Actualizado: jueves, 9 septiembre 2010 15:20

MADRID 9 Sep. (EUROPA PRESS) -

Un grupo de investigadores, entre los que se encuentran científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha hallado un nuevo mecanismo según el cual las zonas activas del cerebro obtienen selectivamente de la sangre una proteína que controla el crecimiento, la supervivencia y la excitabilidad de las neuronas.

Este factor neurotrófico, denominado IGF1, desempeña un importante papel en la protección neuronal y en el mantenimiento de las capacidades cognitivas e intelectuales. "El mecanismo parece ser muy similar al que se produce cuando las zonas activas del cerebro aumentan el flujo sanguíneo local y reciben así más oxígeno y nutrientes", explica Ignacio Torres Alemán, del Instituto Cajal (CSIC) y director del estudio.

El trabajo, publicado en el último número de la revista 'Neuron', demuestra según los investigadores por qué la actividad mental es beneficiosa para la salud del cerebro "como una medida antienvejecimiento", y que el intercambio de sustancias desde las zonas periféricas al cerebro "es mucho más intenso y relevante de lo que hasta ahora se creía".

El mecanismo, denominado por los científicos "acoplamiento neurotrófico", puede servir para desarrollar nuevas terapias de rehabilitación neuronal basadas en actividad y aporte neurotrófico. "Se podría combinar un ejercicio neurorehabilitador, o directamente estímulos cerebrales dirigidos, junto con administración de IGF-1", añade Torres Alemán.

Los científicos combinaron distintas técnicas para observar en ratas que el proceso se inicia en función de la actividad cerebral. Las zonas del cerebro que están ejecutando alguna tarea controlando un movimiento, viendo, oyendo o pensando acumulan de forma selectiva el IGF1 sanguíneo.

Este péptido, semejante a la insulina, se produce en todos los tejidos, incluido el propio cerebro, aunque se encuentra concentrado sobre todo en la sangre. "Es un factor citoprotector muy potente y muy versátil", destaca el investigador del CSIC.

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