MADRID, 2 Ene. (EUROPA PRESS) -
Suplementar los ácidos grasos de cadena corta o ácidos grasos volátiles (AGV) puede mejorar la recuperación tras un ictus, actuando como un tratamiento no invasivo complementario a las terapias de rehabilitación, según una investigación en ratones publicada en la revista 'JNeurosci'.
El microbioma intestinal influye en la salud del cerebro, incluyendo la forma en que el cerebro se recupera de un infarto cerebral. Los ácidos grasos de cadena corta, un producto de fermentación de las bacterias del intestino, son un componente clave de la salud intestinal, pero hasta ahora no se había explorado su papel en la recuperación tras un ictus.
Por ello, estos investigadores de la Ludwig Maximilian University de Múnich (Alemania) añadieron ácidos grasos de cadena corta al agua de ratones durante cuatro semanas antes de inducir un derrame cerebral. Los ratones que bebieron el agua con ácidos grasos experimentaron una mejor recuperación en comparación con los ratones de control, incluyendo una reducción del daño motor y un aumento del crecimiento de la columna vertebral en las dendritas, una estructura de memoria crucial.
Además, los ratones con suplemento de ácidos grasos expresaron más genes relacionados con la microglia, las células inmunes del cerebro. La actividad de la microglia podría ser responsable del aumento de las espinas dendríticas y de la mejora de los resultados de los accidentes cerebrovasculares. Esta relación indica que los ácidos grasos de cadena corta pueden servir como mensajeros en la conexión intestino-cerebro al influir en la forma en que el cerebro responde a las lesiones.