El aceite de colza y la etnia gitana, asociados a la hipertensión arterial pulmonar en España

Hipertensión, tensiómetro
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Publicado: jueves, 10 mayo 2018 15:00

MADRID, 10 May. (EUROPA PRESS) -

La doctora Raquel Morillo Guerrero, neumóloga del Hospital Universitario Ramón y Cajal y coordinadora del Área de Circulación Pulmonar de la Sociedad Madrileña de Neumología y Cirugía Torácica (Neuromadrid), ha señalado que en España contamos con dos factores propios relacionados con el desarrollo de la hipertensión arterial pulmonar (HAP): la exposición al aceite tóxico de colza en la década de los 80, y la presencia de una forma familiar de enfermedad venooclusiva pulmonar entre la población de etnia gitana.

Con motivo del Día Mundial contra la Hipertensión Arterial Pulmonar, que se celebró el pasado 5 de mayo, la experta ha dado algunos datos sobre la enfermedad. Por ejemplo, en España, según datos del Registro Español de Hipertensión Arterial Pulmonar (REHAP), la edad media de los pacientes con esta enfermedad es de 45 años, con claro predominio del sexo femenino (aunque este sesgo de género desaparece entre los pacientes con más edad), siendo, además, su incidencia anual de 3,2 casos por millón de habitantes adultos.

Además de esto, ha resaltado la experta, la supervivencia de los pacientes con HAP a 1, 3 y 5 años es de un 87, 75 y 54 por ciento, respectivamente; y para los que tengan HAP idiopática (de la que no se conoce causa) es de 89, 77 y 68 por ciento, respectivamente.

"Los pacientes con esta enfermedad se caracterizan por presentar dificultar para respirar, pérdida de conocimiento, dolor torácico y disminución de la capacidad de ejercicio", ha explicado, añadiendo que "generalmente", mantienen una calidad de vida muy limitada, con una actividad mayormente sedentaria que conllevar una repercusión a nivel psicológico, social y laboral.

En cuanto a los factores de aparición, además de los dos anteriormente mencionados propios de España, Morillo ha relatado que son, principalmente, los antecedentes familiares, la exposición a fármacos o agentes tóxicos, la infección por VIH, la hipertensión portal, la enfermedad del tejido conectivo, la cardiopatía congénita, el tromboembolismo pulmonar o la esquistosomiasis (una enfermedad parasitaria producida por gusanos).