MADRID, 19 Oct. (EUROPA PRESS) -
El abuso emocional, con comportamientos como la burla, la intimidación, el rechazo y la humillación, puede ser tan perjudicial como el abuso físico y el abandono, según concluye una investigación realizada por expertos de la Universidad McGill, en Montreal, Canadá, y que completa estudios anteriores que muestran que el dolor emocional y físico activan las mismas partes del cerebro.
El abuso emocional es mucho más común que el abuso físico y el abandono con estimaciones de prevalencia en todo el mundo de aproximadamente un tercio de los niños que experimentan abuso emocional. "A pesar de la gente asume que el maltrato físico es más perjudicial que otros tipos de abuso, encontramos que ambos están asociados con consecuencias similares", dice David Vachon, profesor en el Departamento de Psicología de McGill.
"Estas consecuencias son muy variadas e incluyen todo, desde la ansiedad y la depresión, a romper las reglas y la agresión", destaca este investigador y primer autor de este estudio. El descubrimiento derivado de este estudio podría allanar el camino para implmentar medios más eficaces para abordar cómo deben ser reconocidas y tratadas las diferentes formas de maltrato infantil.
Vachon, trabajando con su antiguo mentor postdoctoral Robert Krueger, utilizó datos de un estudio realizado por Dante Cicchetti (Universidad de Minnesota, Estados Unidos) y Fred Rogosch (Universidad de Rochester, Estados Unidos), que se llevó a cabo a través del 'Mt. Hope Family Center'. Cicchetti y Rogosh han estado trabajando en una investigación en campamentos de verano durante más de 20 años para estudiar a niños de bajos ingresos en edad escolar de entre 5 y 13 años.
Aproximadamente, la mitad de los asistentes a campamentos tenía un historial bien documentado de maltrato infantil. Se utilizaron diversos informes de tipos de niños, sus pares y terapeutas para evaluar los problemas psiquiátricos y de conducta, y a los terapeutas del campamento no se les dijo qué participantes en los campamentos habían sufrido abusos. Mediante el uso de sus datos, Vachon estudió 2.300 niños diversos racial y étnicamente que estuvieron en el campamento de verano.
"También hemos probado otros supuestos sobre el maltrato infantil --añade Vachon-- incluyendo la creencia de que cada tipo de maltrato tiene consecuencias específicas y de que el abuso tiene consecuencias diferentes para niños y niñas de diferentes razas". El estudio produjo resultados sorprendentes: "Encontramos que estos supuestos también podrían estar mal hechos; parece como si los diferentes tipos de abuso infantil tuvieran efectos equivalentes, extendidos y universales".
El trabajo puede cambiar significativamente la forma en la que investigadores, médicos y el público piensa sobre el abuso infantil. "Una de las consecuencias --subraya Vachon-- es que los tratamientos eficaces para el maltrato de cualquier tipo es probable que tengan beneficios integrales. Otra implicación es que las estrategias de prevención deben hacer hincapié en el abuso emocional, una crueldad generalizada que es mucho menos castigada que otros tipos de maltrato infantil".