MADRID, 30 Jul. (EUROPA PRESS) -
Un equipo colaborativo de neurocientíficos e ingenieros en Virginia Tech y la Universidad de Virginia (Estados Unidos) han identificado una nueva diana cerebral que podría ser útil en el tratamiento del Alzheimer y del deterioro cognitivo.
En concreto, los expertos, cuyo trabajo ha sido publicado en la revista 'Nature', han demostrado que los vasos linfáticos meníngeos en el cerebro juegan un papel esencial en el mantenimiento de una homeostasis saludable en cerebros envejecidos, lo que, a su juicio, podría ser un nuevo objetivo para el tratamiento.
"Nuestros resultados muestran que algún día este método podría usarse como un tratamiento potencial no sólo para ayudar a aliviar los efectos no del Alzheimer sino también de otras enfermedades cognitivas relacionadas con la edad", ha aseverado, coautora del estudio, Jennifer Munson.
Y es que, los expertos han encontrado que estos vasos drenan líquido del sistema nervioso central a los ganglios linfáticos cervicales y que la disfunción de ese drenaje agrava el deterioro cognitivo y la patología de la enfermedad de Alzheimer.
Además, cuando los investigadores trataron a ratones sanos de edad avanzada con una molécula que aumentaba el tamaño del vaso linfático meníngeo y el flujo de líquido dentro de esos vasos, estos animales mostraron un mejor rendimiento en tareas de aprendizaje y memoria.
"A medida que envejecemos el movimiento de fluidos en nuestro cerebro disminuye, a veces a un ritmo que es la mitad de lo que era cuando eras más joven. Descubrimos que las proteínas responsables del Alzheimer en realidad se drenan a través de estos vasos linfáticos en el cerebro junto con otros desechos celulares, por lo que cualquier disminución en el flujo va a afectar la acumulación de proteínas", han explicado los investigadores.
Para ver si ese flujo podía ser manipulado, diseñaron un hidrogel que contenía una molécula conocida como factor de crecimiento endotelial vascular C o VEGF-C. Este hidrogel difunde VEGF-C a través del cráneo y en los vasos linfáticos en el cerebro, lo que hace que se hinchen. Gracias al uso de la tecnología de resonancia magnética demostraron que, como resultado de este tratamiento, el flujo masivo de líquido en el cerebro en realidad aumentó, lo que pareció tener un efecto positivo en las capacidades cognitivas.
Finalmente, los científicos observaron que los ratones más viejos con habilidades cognitivas normales, con problemas de edad experimentaron los mayores avances en la memoria y aprendieron del tratamiento.