Hasta el 95% de los malagueños que tienen diabetes padece el tipo II

Actualizado: lunes, 6 octubre 2014 17:46

MADRID 7 Jul. (EUROPA PRESS) -

Hasta el 95 por ciento de los malagueños que tienen diabetes padece el tipo II, según han asegurado diversos especialistas reunidos en el Hospital General de Málaga, quienes han destacado la importancia de controlar el peso y la presión arterial en el tratamiento de las personas con esta diabetes.

Asimismo, tal y como han recordado, en el conjunto de España, las estimaciones apuntan a 5 millones de pacientes, una cifra tan alta que hace que esta enfermedad tenga la consideración de epidemia. Las estadísticas muestran, asimismo, que el 28 por ciento de los adultos españoles tiene obesidad, es decir, un índice de masa corporal por encima de 30.

La obesidad conlleva un riesgo muy superior de padecer diabetes tipo 2 respecto a las personas con un índice de masa corporal menor. En los pacientes que ya la padecen, el sobrepeso incrementa las posibilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares. De hecho, el 70 por ciento de quienes acuden a la consulta del cardiólogo tiene diabetes o pre-diabetes y el 80 por ciento de los fallecimientos de pacientes con esta enfermedad están ocasionados por problemas cardiovasculares.

"Para prevenir estos problemas es fundamental controlar el peso con una dieta saludable, la práctica de ejercicio y el propio tratamiento. Es paradójico que la mayoría de los fármacos antidiabéticos tradicionales hayan conllevado, como efecto adverso, una ganancia de peso, lo que agrava el sobrepeso que suelen presentar los pacientes con diabetes tipo 2. Sin embargo, ya existen tratamientos desarrollados específicamente para actuar sobre las tres dianas fundamentales en el abordaje de la diabetes: la glucosa, la pérdida de peso y la presión arterial", ha aseverado el director de Endocrinología y Nutrición del Hospital General de Málaga, Francisco Tinahones.

LA GLUCOSA ES EL "COMBUSTIBLE" DEL ORGANISMO

Y es que, prosigue, la glucosa es el "combustible" del organismo, de forma que un mínimo nivel de la misma es esencial para que, entre otras cosas, las neuronas funcionen correctamente. En este sentido, las personas con diabetes tienen un exceso de glucosa en sangre, pues su páncreas no segrega insulina o ésta no actúa de manera adecuada, y la insulina es la hormona que permite que la glucosa penetre en las células.

El parámetro más importante a la hora de evaluar el grado de control glucémico es la hemoglobina glicada. Así, en la provincia de Málaga, entre un 30 por ciento y un 40 por ciento de los pacientes con diabetes tipo 2 presentan una hemoglobina glicada por encima de 7, factor que indica un mal control de la diabetes.

"Entre los actuales fármacos antidiabéticos, son los análogos de los péptidos similares al glucagón humano o GLP-1, como liraglutida, los que, además de hacer que el organismo libere insulina, ayudan al control del peso mediante mecanismos que conllevan una pérdida del apetito y una disminución de la ingesta de alimentos. Los pacientes tratados con fármacos GLP-1 pierden en torno a tres kilos durante un tratamiento continuado de unos seis meses. También es reseñable que estos pacientes presenten una reducción de la presión arterial y una disminución de las hipoglucemias", ha apostillado el experto.

Las hipoglucemias se producen cuando los pacientes no compensan la reducción del nivel de glucosa en sangre que les aporta su tratamiento con la ingesta de suficientes hidratos de carbono o hacen demasiado ejercicio. Estos trastornos provocan alteraciones en el organismo: entre otras, malestar general, visión borrosa, temblores, taquicardias, menor capacidad de raciocinio, cefaleas o mareos y, si no se atajan con rapidez, pueden derivar en un coma.

De igual importancia es el control de la presión arterial relacionada con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, ya que se estima que el 35 por ciento de la población española padece hipertensión arterial. De hecho, según ha zanjado el especialista, en las personas con diabetes, la situación se agrava, pues una correcta presión arterial es imprescindible para que circule la sangre por los vasos sanguíneos y aporte el oxígeno y los nutrientes a todos los órganos del cuerpo para que puedan funcionar.