MURCIA, 11 Mar. (EUROPA PRESS) -
El 90 por ciento de la ceguera que provoca el glaucoma podría evitarse mediante revisiones anuales, ya que se trata de una enfermedad silenciosa que produce ceguera. Según el especialista en oftalmología de Hospital Quirón Torrevieja y Murcia, Joaquín Fernández Canillas, "a partir de los 40 años las revisiones periódicas son fundamentales para frenar el avance de la enfermedad, ya que no presenta síntomas".
Con motivo del Día Mundial del Glaucoma, advierte el especialista que en el caso de tener familiares que hayan padecido de glaucoma, "se hace indispensable adelantar las revisiones".
La prueba para detectar el glaucoma consiste en una tonometría para comprobar si existe una presión intraocular elevada. "Es una prueba rápida, simple e indolora que descartará a aquellos sujetos susceptibles de sufrir un daño glaucomatoso, ya que es el factor de riesgo más importante para el desarrollo de esta enfermedad, que puede conducir a la ceguera si no se trata a tiempo", explica el doctor Fernandez Canillas.
El glaucoma engloba un grupo de enfermedades que provocan un daño progresivo del nervio óptico. Con la edad, su incidencia crece y el campo visual va disminuyendo.
La presión ocular elevada aumenta el riesgo de desarrollar glaucoma, y el riesgo de caídas de los pacientes es cuatro veces mayor al de una persona con visión normal.
Pese a los avances en la ciencia, aún hay muchas personas que hoy en día desconocen que padecen glaucoma. En la mayoría de los casos el enfermo no es consciente de que padece la enfermedad hasta que ha perdido gran parte del campo visual.
De hecho, existe un tipo de glaucoma en el que el daño del nervio óptico se produce con presiones oculares "normales". El glaucoma también puede estar asociado a otros factores, como una presión arterial baja y otras enfermedades vasculares.
A partir de los 40 años es importante someterse a una revisión completa de los ojos cada uno o dos años. Si se consigue reducir la presión del ojo en las primeras etapas del glaucoma, se puede detener el progreso de la enfermedad y ayudar a proteger la visión.
El perfil con mayor riesgo de desarrollar la enfermedad es el de los mayores de 60 años, con familiares directos que han tenido glaucoma, de raza negra o asiática, con alta miopía y con otras enfermedades oculares.
El tratamiento del glaucoma tiene el objetivo de conservar la visión. El único factor de riesgo conocido y contra el que se puede luchar es la presión intraocular alta, que se puede bajar mediante fármacos (básicamente colirios), tratamientos con láser (trabeculoplastia) o cirugía (trabeculectomía, esclerectomía profunda no perforante o válvulas). Sin embargo, es importante destacar que la visión que se pierde debido al glaucoma no puede recuperarse.