MADRID 14 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un 80 por ciento de los pacientes con diabetes tienen hiperglucemia posprandial o, lo que es lo mismo, aumento de la glucemia después de las comidas, ha dicho el jefe de Sección de la Unidad de Referencia de Diabetes del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico Universitario de Valencia, Francisco Javier Ampudia-Blasco.
En este punto, el experto ha destacado la importancia del control de la glucemia posprandial para alcanzar los objetivos glucémicos de hemoglobina glicosilada (HbA1c) en diabetes tipo 1 y tipo 2. Así, existe una mayor contribución relativa, de hasta un 70 por ciento, de la hiperglucemia posprandial con valores de HbA1c cercanos a los objetivos. Es decir, la importancia de la hiperglucemia posprandial es mayor a medida que nos acercamos a los objetivos de control glucémico", ha dicho.
Por otro lado, la doctora Bellido ha comentado que las personas con diabetes pasan aproximadamente el 50 por ciento del tiempo en estado posprandial. Esto significa que en las personas con diabetes, la secreción de insulina es insuficiente para el control adecuado de la glucemia posprandial, que cuando es más elevada requiere un tiempo más prolongado para volver a los niveles preprandiales. De forma que, si se tiene en cuenta que al menos se hacen tres comidas principales, estas personas pasan una parte importante del día en un estado posprandial anormal, caracterizado por hiperglucemia tanto de ayuno como posprandial.
La hiperglucemia posprandial se asocia a una mayor variabilidad glucémica (mayor riesgo de hiper o hipoglucemias). Además, se han descrito otras importantes consecuencias asociadas a las fluctuaciones de la hiperglucemia posprandial como, por ejemplo, estrés oxidativo, inflamación, disfunción endotelial y aumento de marcadores clínicos indirectos de ateroesclerosis. Por ello, el experto ha insistido en la importancia de conocer y tratar la hiperglucemia posprandial.
"La monitorización continua de glucosa en tiempo real y los sistemas flash o de monitorización continua de glucosa intermitente han permitido detectar que muchas personas presentan hiperglucemia posprandial y han puesto de manifiesto las limitaciones de las insulinas prandiales clásicas para conseguir su adecuado control en determinadas situaciones. Una limitación que es vivida en muchos casos por el paciente con ansiedad al ver que no puede controlar correctamente las excursiones hiperglucémicas tras las comidas", ha detallado el médico especialista de Endocrinología y Nutrición del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, y la doctora Virginia Bellido, del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario de Cruces (Bilbao), Pedro José Pinés.
Una situación ante la que los expertos han puesto de relieve que a las personas con diabetes no sólo hay que enseñarles a comer correctamente, sino también a ajustar la dosis de insulina en función de lo que van a comer. Para ello, el doctor Ampudia ha comentado que la segunda generación de análogos de insulina de acción rápida ('Fiasp') representa un avance notable en la insulinoterapia.
"La mayor rapidez en absorción la hace más semejante a la secreción de insulina fisiológica. Esto se traduce en un mayor efecto hipoglucemiante en las primeras 2 horas y, en consecuencia, en un mejor control de la glucemia posprandial en este periodo, sin aumentar el riesgo de hipoglucemia tardía. Todo ello permite la administración de la insulina desde 2 minutos antes de empezar a comer, con la posibilidad de administrarse hasta 20 minutos después del inicio de la comida, con un mejor control de la glucemia posprandial", ha apostillado.
ESTRATEGIAS TERAPÉUTICAS PARA SU CONTROL
Por otra parte, los expertos han comentado que el papel de la insulina prandial es fundamental en el control de la glucosa posprandial en diabetes tipo 1 y en personas con diabetes tipo 2 de larga evolución y con insulinopenia. Al respecto, la doctora Bellido ha recordado que los análogos de insulina rápida de primera generación, en comparación con la insulina humana regular, consiguen un mejor control de la glucemia posprandial, con menor riesgo de hipoglucemia.
Sin embargo, a pesar de que estos análogos tienen un inicio de acción rápido, éste no es tan precoz como la secreción fisiológica, y su efecto tarda más en desaparecer. De ahí, la relevancia que ha supuesto la llegada de 'Fiasp'. "En el caso de los pacientes con diabetes tipo 2, el grupo de las glinidas, los inhibidores de la DPP-4, los inhibidores del SGLT-2 y los fármacos agonistas del receptor del GLP-1 han demostrado beneficio en el control posprandial y pueden ayudarnos a conseguir los objetivos de control glucémico en el paciente tratado con insulina basal. Sin embargo, el tratamiento con insulina prandial será necesario en todos los pacientes con diabetes tipo 1 y también en algunos pacientes con diabetes tipo 2 que no consiguen sus objetivos de control con otras opciones de tratamiento", ha zanjado el doctor Pinés.