MADRID 26 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un estudio realizado por miembros de la Red Española de Investigación en Patología Infecciosa (REIPI) ha demostrado que el 79 por ciento de los pacientes que han contraído una infección por 'Staphylococcus aureus' resistente a la meticilina (SARM) recibe tratamiento antes de conocerse exactamente cuál es la infección, acción que triplica la probabilidad de fallecimiento del paciente.
"Es necesario tener un alto índice de sospecha para este microorganismo, ya que la corrección posterior del tratamiento, habitualmente a las 48 ó 72 horas, no consigue mejorar el pronóstico", afirmó el especialista del Hospital Virgen de la Macarena de Sevilla Jesús Rodríguez Baño.
Para ello, "es importante contar con la ayuda de los infectólogos en los hospitales y detectar precozmente a los pacientes que son portadores del mismo, puesto que son los que más riesgo tienen de contraer una infección, y estudiar la utilidad de técnicas microbiológicos de diagnóstico rápido", añadió este experto.
El 'Staphylococcus aureus' resistente a la meticilina o SARM es una bacteria que se ha vuelto resistente a diferentes antibióticos y que actualmente causa el 23 por ciento de los fallecimientos relacionados con las infecciones generalizadas e invasivas, también conocidas como sepsis, explicó hoy la REIPI en un comunicado.
"Cuando este microorganismo es resistente a todos los betalactámicos, es decir, a los mejores antibióticos existentes para tratarlo, se conoce como resistente a la meticilina o SARM. La diferencia con el 'Staphylococcus aureus' presente en muchas personas es que suele adquirirse en el contexto de una hospitalización o al entrar en contacto con dispositivos sanitarios, como catéteres o máquinas dialíticas, siendo más difícil de tratar y causando una elevada mortalidad", comentó el doctor Rodríguez Baño.
La infección por SARM ha sido tradicionalmente hospitalaria. "No obstante, en los últimos años se ha visto que se puede adquirir no sólo en hospitales, sino en unidades de día, centros de tratamiento de pacientes crónicos, residencias o consultas externas. Se han detectado en jugadores de deportes de contacto, como la lucha o el fútbol americano, en presos y en usuarios de gimnasios", explicó.
"El SARM comunitario puede contagiarse al compartir artículos de uso personal como toallas o cuchillas de afeitar que han tocado la piel infectada, por lo que la prevención y una higiene muy cuidadosa es imprescindible para evitar el contagio", dijo este especialista.