MADRID 4 Abr. (EUROPA PRESS) -
El 72 por ciento de los pacientes con trastorno bipolar I ha visto mermadas sus expectativas de éxito en la vida por la enfermedad, según ha mostrado el estudio internacional sobre este tipo de enfermos, 'Impact1', realizado por la compañía Lundbeck .
Además, se ha constatado que una gran proporción de pacientes --47 por ciento en España frente al 64 por ciento del total-- presenta síntomas de depresión durante los episodios de manía. Y es que, se trata de una enfermedad episódica, crónica y caracterizada por manía, depresión o una combinación de ambas.
"Los resultados del estudio demuestran la gravedad y consecuencias sociales del trastorno bipolar y la necesidad de mejorar sus diagnóstico. Llama la atención la frecuente presencia de síntomas depresivos durante los episodios maniacos, los denominados síntomas mixtos, que podrían ser un factor que contribuye al retraso del diagnóstico y a la complejidad del tratamiento", ha comentado el director del Programa de Trastornos Bipolares del Hospital Clínic de la Universidad de Barcelona, Eduard Vieta.
Asimismo, esta enfermedad también supone un impacto negativo sobre la salud física de quienes la padecen, como así lo manifiesta el 79 por ciento de todos los encuestados y el 78 por ciento de los pacientes españoles. En este sentido, el psiquiatra del Hospital Clínico Universitario San Cecilio de Granada, Luis Gutiérrez, ha explicado que el impacto sobre la salud física se debe llevar una vida sedentaria, no realizar ejercicio físico, tener unos malos hábitos alimentarios, alta prevalencia de consumo de tabaco y alcohol y sufrir los efectos secundarios de determinados fármacos.
"Por otro lado, hay ocasiones en que los pacientes no reciben una atención sanitaria adecuada porque no acuden con regularidad a las citas de revisión y control en Atención Primaria e, incluso, tienen algunos déficits cognitivos que les llevan a no recordar los medicamentos y las indicaciones que deben seguir", ha recalcado.
Asimismo, en cuanto al diagnóstico adecuado de la enfermedad, el informe ha mostrado que se requieren todavía más de dos años en el 42 por ciento de los casos, cifra que en España se sitúa en el 29 por ciento, según los propios afectados. "En una década hemos reducido la demora diagnóstica de 7 a 5 años, pero sigue siendo inaceptable que se tarde 5 años o más en realizar el diagnóstico correcto", ha subrayado Vieta.
RELACIONES Y VIDA LABORAL
Por otra parte, el trastorno bipolar I afecta también a las relaciones y la vida laboral de los participantes en el estudio. De hecho, el 50 por ciento de los pacientes españoles consultados afirma haber perdido su puesto de trabajo como consecuencia de la enfermedad, dato en línea con el resto de países, cuya media global se sitúa en el 45 por ciento. El único país que se diferencia es Alemania, donde sólo el 19 por ciento de los pacientes asegura que la enfermedad ha influido en la pérdida de su empleo.
Por otro lado, el 38 por ciento del total de pacientes se ha separado o divorciado como consecuencia de la patología, cifra que en España se reduce al 23 por ciento. De hecho, el estigma social que conllevan las enfermedades mentales aún se mantiene, como así se demuestra en el caso concreto del trastorno bipolar, donde casi la mitad de los encuestados (45%) afirma haber sufrido discriminación a causa de su condición, el mismo porcentaje de pacientes españoles que así lo manifiesta.
Ese estigma es el que también lleva en muchos casos a ocultar la enfermedad, ya que tan sólo el 14 por ciento de todas las personas consultadas, el 19 por ciento en España, asegura sentirse capaz de hablar abiertamente sobre su enfermedad con otras personas. En el entorno laboral, el 66 por ciento de todos los encuestados asegura no haber dicho a su jefe/empresa que padece la enfermedad, porcentaje que asciende hasta el 77 por ciento en el caso de los pacientes españoles.
Además, el 65 por ciento de todos los pacientes --el 56 por ciento en España-- afirma sentirse solo y aislado durante un periodo de manía. "El estigma es un asunto muy complejo y nada fácil de resolver a corto plazo. Hay que luchar contra la concepción de que la enfermedad mental es igual a violencia, ya que sólo el 1 por ciento de los delitos con violencia los cometen personas con problemas de salud mental. Este grave problema exige que la solución esté centrada en la formación del personal socio-sanitario, de los propios afectados, de sus familias, de los medios de comunicación y en la información a la sociedad en general", ha comentado la directora de la Fundación Mundo Bipolar, Guadalupe Morales.