BARCELONA 18 Dic. (EUROPA PRESS) -
El 70% de los usuarios de Cáritas presenten problemas de salud mental, principalmente por depresiones y ansiedad derivadas de la imposibilidad de poder hacer frente a los gastos básicos y del riesgo de perder la vivienda, según han informado la organización durante la presentación en Barcelona de su Memoria 2013.
La cronificación de la pobreza y los problemas de acceso a una vivienda digna están provocando un "alarmante" deterioro de la salud física y emocional de las personas vulnerables que atiende Cáritas a través de las diócesis de Barcelona, Sant Feliu y Terrassa, que han aumentado un 7% en un año, hasta superar las 64.000.
Lo ha reveladoel director general de Cáritas Diocesana de Barcelona, Jordi Roglà, a la luz del avance de la Memoria 2013 de la entidad y del Informe 'Hogar, vivienda y salud. Acción y prevención residencial', elaborado junto a la Agencia de Salud Pública de Barcelona tras el aumento de los desahucios.
El informe, con una muestra de 300 hogares, pone de manifiesto que el principal problema social actual es el acceso a una vivienda digna, lo que ha repercutido en que la entidad haya tenido que duplicar desde 2007 las ayudas directas que ofrece a familias en materia de vivienda, hasta alcanzar los dos millones de euros, principalmente para pagar facturas y deudas hipotecarias.
La responsable de Acción Social de la diócesis barcelonesa de Cáritas, Carme Trilla, ha destacado la "especial fragilidad" de las personas que viven en alquiler, y ha revelado un aumento de las personas que deben hospedarse gratuitamente en casa de amigos y familiares, un fenómeno que no se daba antes de 2009.
En el caso de los niños, los problemas de salud mental afectan a un 50% de los usuarios: "La crisis está llevando a estas familias a una situación de epidemia desde el punto de vista de la salud, especialmente la mental".
En el caso del deterioro físico, es más frecuente en las mujeres --la mitad de las usuarias tiene problemas de salud, frente al 30% de hombres--, principalmente por dolencias de espalda y migraña; en el caso de los menores, tienen mala salud un 20% --frente al 2% de los niños barceloneses--, principalmente otitis de repetición.
El estudio destaca que el 20% de las familias han vivido alguna vez en una barraca, un albergue, en el coche o en la calle, mientras que una de cada cinco vive en hogares insalubres, y la mitad de ellas no puede mantener la vivienda a una temperatura adecuada.
Todo esto deriva en complicaciones del estado de la salud física y emocional, por lo que la entidad potenciará su equipo de psicólogos: "El estado de los usuarios de Cáritas es mucho peor que el del conjunto de barceloneses, incluso los de clase más desfavorecida".
Trilla ha reclamado "apoyo sanitario y psicológico" para las personas vulnerables y potenciar la red de atención primaria, además de ampliar el parque público de viviendas para poder atender a las familias que lo necesiten, teniendo en cuenta que la administración no garantiza actualmente la atención completa, según ha dicho.
SERVICIO DE MEDIACIÓN
A través del Servicio de Mediación en Vivienda, Cáritas ha atendido a 1.804 hogares, en los que viven 6.256 personas: "Hemos logrado evitar 455 desahucios, una de las grandes obsesiones de la entidad", ha dicho Trilla.
Ha recordado que la entidad también ofrece un acompañamiento intensivo de las familias que atiende porque, de lo contrario, "no podrían salir adelante por ellas mismas", teniendo en cuenta su extremada vulnerabilidad.
FRACTURA SOCIAL
Roglà ha lamentado el aumento de la fractura social, y ha lamentado que en época de bonanza no se hiciera nada para evitar la pobreza estructural del 16% ni para potenciar empleos con calificación; la mitad de las personas que atiende Cáritas son inmigrantes, en una tendencia en que "cada vez son más" los de nacionalidad española.
Ha cifrado en un 80% los usuarios de Cáritas que están en paro, la mayoría de ellos sin formación, por lo que la entidad también centrará esfuerzos en este ámbito, por lo que ha vuelto a reclamar un "pacto de país" para luchar contra el paro.
El delegado episcopal Salvador Bacardit, ha afirmado que los efectos de la crisis "ya son demoledores para miles de personas", y ha destacado que los usuarios de Càritas son especialmente vulnerables.