MADRID 7 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Enfermedad por Reflujo Gastroesofágico (ERGE), que se caracteriza por episodios de acidez en el estómago y subsiguiente ardor y regurgitaciones, afecta hasta un 40 por ciento de la población general occidental, impidiendo que el paciente disfrute de sus comidas diarias además de afectarle "de forma negativa" a la hora de relacionarse y de practicar ciertas actividades físicas.
Éstos son algunos de los factores negativos que tiene la enfermedad y que ha indicado el coordinador del grupo de trabajo de Patología Digestiva de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), el doctor Enrique Peña, quien ha matizado que, además, "se trata de una patología que produce un elevado absentismo laboral y que puede llegar a mermar de manera importante la calidad de vida del paciente".
El experto, que participa en el curso 'on line' de formación organizado por AstraZeneca para esta sociedad, considera que el médico de Atención Primaria es "el primer filtro para prácticamente la totalidad de las patologías y en los problemas digestivos no es una excepción".
Asimismo, como consecuencia del envejecimiento de la población y la concienciación progresiva de los médicos, "ha aumentado el número de cribados de cáncer colorrectal que se hacen al día en personas mayores de 50 años y grupos de riesgo, pero debemos seguir insistiendo todavía más y, por ello, es necesario actualizar conocimientos para estar más pendientes de esta patología", ha apuntado.
En este sentido, ha señalado que estos cursos a distancia son "interesantes y muy útiles debido a que nos solucionan los problemas principales que tenemos, la falta de tiempo y la dificultad para trasladarnos". En concreto, la formación abarca las patologías digestivas más frecuentes que se observan en la consulta, como la ERGE, el paciente con transaminasas elevadas, la hemorragia digestiva, la gastropatía por AINE o los cribados del cáncer colorrectal.
Por último, el doctor Peña ha recordado que la prevención de las patologías digestivas pasa por "llevar una vida sana, entendiendo por ello la que consigue un equilibrio mental y físico; hacer ejercicio físico de forma frecuente; evitar el estrés en la medida de lo posible; seguir una alimentación saludable, con escasas grasas animales y un consumo diario de frutas y verduras; y evitar el alcohol y el tabaco".