Este experto recuerda que aún "no existe una evidencia cierta de cuáles son los niveles de presión arterial a partir de los cuáles deberían empezar a tratarse"
MADRID, 21 Jun. (EUROPA PRESS) -
"El 32 por ciento de la población adulta en España padece hipertensión y, en el caso de las personas mayores de 65 años, el porcentaje de afectados supera el 70 por ciento". Así lo ha destacado el doctor Josep Redón, jefe de Medicina Interna y Coordinador de la Unidad de Hipertensión del Hospital Clínico Universitario de Valencia y nuevo presidente de la Sociedad Europea de Hipertensión.
En el encuentro sobre hipertensión organizado por los laboratorios Novartis en el marco del 21 Congreso de la Sociedad Europea de Hipertensión (ESH, siglas en inglés), ha recordado que hoy se dispone "de una amplia información relacionada con pacientes de edad avanzada" pero que aún "no existe una evidencia cierta de cuáles son los niveles de presión arterial a partir de los cuáles deberían empezar a tratarse, ni tampoco, hasta qué punto es necesario disminuir su presión arterial".
En este sentido, el estudio 'Apollo', que forma parte del programa 'Aspire higher' de Novartis, ofrecerá "resultados que darán respuesta a estas incógnitas y además analizará la protección que los inhibidores directos de la renina (IDR) pueden proporcionar a este tipo de pacientes, determinando los valores hasta donde se debe disminuir su presión arterial y logrando que su deterioro progresivo --tanto cognitivo como de autonomía-- se retrase", según Redón.
Los IDR son un tipo de fármacos que se utiliza para bloquear la acción de la renina, una enzima producida por los riñones que desencadena un proceso que estrecha los vasos sanguíneos y que, cuando se activa de forma inapropiada, conduce al desarrollo de hipertensión arterial y al daño orgánico.
De la supresión del sistema renina-angiotensina (SRA) se derivan importantes beneficios, tanto en términos de morbilidad como de mortalidad. De ahí la necesidad de investigar para implementar nuevas estrategias que permitan optimizar la inhibición del sistema renina, sobre todo con la búsqueda de nuevas terapias.
Las Guías Europeas de Manejo de la Hipertensión Arterial, evaluadas por la Sociedad Europea Hipertensión, incluyen los inhibidores directos de la renina (IDR) como un grupo farmacológico eficaz en el tratamiento de la hipertensión y aconsejan su uso en combinación con otros medicamentos, en los pacientes en los que no se consiga el control con la monoterapia.
PARA LOS PACIENTES DE ALTO RIESGO
Hay pacientes que presentan diversos factores de riesgo asociados a la hipertensión, que son diabéticos o que tienen alguna forma detectable de daño orgánico, síndrome metabólico o alguna enfermedad cardiovascular o renal clínicamente relevante. Este grupo de personas son pacientes de alto riesgo.
Para el doctor Luis Ruilope, profesor de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad Autónoma de Madrid y jefe de la Unidad de Hipertensión del Hospital 12 de Octubre de Madrid, "en el caso de estos pacientes el riesgo de padecer un evento cardiovascular, que incluso pueda ocasionarles la muerte, supone una probabilidad extremadamente elevada".
En estos casos, el experto aconseja seguir las recomendaciones de las guías europeas en el manejo de este perfil de pacientes. "El advenimiento de los IDR ha abierto nuevos campos de investigación en el tratamiento de la hipertensión que resultan enormemente atractivos para lograr el control de la presión arterial, ya que frenan los efectos propios de la renina y, como consecuencia, el desarrollo de la hipertensión arterial y el daño orgánico", anota.
"Dado que los pacientes de alto riesgo, sobre todo los diabéticos y con enfermedad renal crónica, deben controlar varios factores para lograr alcanzar las cifras de presión arterial recomendadas, normalmente, necesitan una terapia basada en la combinación de medicamentos", recuerda.
Las Guías Europeas de Manejo de la Hipertensión Arterial recomiendan utilizar combinaciones fijas de antihipertensivos en este tipo de pacientes, ya que simplifican la pauta de tratamiento y favorecen un mejor cumplimiento.