MADRID 25 Ene. (EUROPA PRESS) -
La mayor parte del alumnado con autismo se ha adaptado favorablemente a la situación de "nueva normalidad" tras el confinamiento de 2020 , aunque un 30 por ciento ha manifestado síntomas de malestar psicológico, según un estudio de Autismo España sobre cómo ha afectado al colectivo la vuelta a las clases presenciales.
La vuelta a las aulas repercutió positivamente en el bienestar emocional del alumnado de educación primaria, mientras que la semipresencialidad y la disminución de estudiantes por grupo beneficiaron especialmente a una parte del alumnado de Secundaria.
Según el estudio, un porcentaje importante del alumnado presentó síntomas de malestar emocional a raíz de la interrupción de las clases presenciales o vio cómo se agravaban algunas manifestaciones previas. También requirió nuevas intervenciones y apoyos psicosociales.
En el estudio han participado 53 familias y 5 profesionales de las entidades que prestan apoyos educativos al colectivo. Estas personas han facilitado sus testimonios a través de grupos de discusión y entrevistas. También se ha contado con la participación de un estudiante con TEA de educación secundaria, que aportó su experiencia y contrastó la información recopilada.
Un 30% de las familias consultadas indicaron que sus hijos habían experimentado síntomas de malestar psicológico o emocional que no habían presentado anteriormente, o bien que estos habían aumentado con la vuelta a las aulas.
De forma global, las familias informaron de que las dificultades que más se habían exacerbado tenían que ver con aspectos conductuales, sociales y emocionales. Se señalaron, entre otras, mayores dificultades para manejar las interacciones sociales que antes del confinamiento, mayor irritabilidad e inflexibilidad o un uso excesivo de la tecnología.
Más de la mitad de las familias ha asegurado que sus hijos e hijas no han necesitado nuevos apoyos o intervenciones específicas para paliar los síntomas de malestar que pudieron derivarse de los cambios experimentados en su educación y de las familias que reconocieron haber requerido nuevos apoyos e intervenciones, un 14% refirió que sus hijos habían necesitado un aumento de los apoyos psiquiátricos previos a la pandemia, y un 10% que habían intensificado los apoyos psicosociales que recibían antes del confinamiento.
La mayor parte del alumnado en el espectro del autismo (51%) se ha adaptado favorablemente a las medidas sanitarias impuestas en los centros educativos y no ha experimentado malestar emocional y/o psicológico en la "nueva normalidad" académica, según los familiares que han participado en este estudio. No obstante, un 38% de la muestra sí señala que sus hijos han experimentado algún tipo de malestar, fundamentalmente relacionado con el cambio de rutinas tanto personales como en el centro educativo.
"Estos niños han demostrado que van a tirar para adelante, que son resilientes y que pueden con todo. Y que una pandemia no ha podido con ellos, y podía haber podido. Con los cambios de rutina, con los cambios de todo, con los horarios, con todo y no ha podido. Y han seguido para adelante, y se han vuelto a adaptar, porque ¡es que tela marinera! A la mascarilla, al gel, a rutinas nuevas", ha explicado la madre de una persona con TEA.
En cuanto a los apoyos, la mayoría de las familias han expresado que sus hijos han recibido apoyos en el entorno académico para facilitar la vuelta a las aulas, lo que ha favorecido su bienestar en la reincorporación a la vida escolar presencial.No obstante, la mitad de las familias vieron disminuidos o interrumpidos los servicios de apoyo habituales que recibían tras el confinamiento, fundamentalmente por las restricciones asociadas a la crisis sanitaria. "El sistema sanitario, en general, no ha sido nada sensible a nuestros chicos, absolutamente nada", afirma la madre de una persona con autismo.