MADRID, 16 Nov. (EUROPA PRESS) -
Entre un 30 por ciento y un 50 por ciento de las personas que padecen una enfermedad neurológica también padecen depresión, según el informe 'Depresión y Neurología', elaborado por la Sociedad Española de Neurología (SEN) con el objetivo de determinar el impacto que tiene este trastorno en las enfermedades neurológicas y sus pacientes.
La prevalencia de la depresión no es igual en todas las enfermedades neurológicas, ya que respecto a la población general, la tasa de depresión en personas que han sobrevivido a un ictus es casi 8 veces mayor, la probabilidad de desarrollar depresión en epilepsia es de 3 a 5 veces superior y la prevalencia de la depresión entre las personas con migraña es 2 veces más alta.
Además, por poner otros ejemplos, un 65 por ciento de los pacientes con esclerosis múltiple, un 50 por ciento de los pacientes con Alzheimer, un 40 por ciento de los pacientes con Parkinson y un 80 por ciento de los pacientes con ELA o con narcolepsia muestran síntomas de depresión en distintos grados.
"Las enfermedades neurológicas son la principal causa de discapacidad y la segunda causa de muerte en el mundo y la depresión es una comorbilidad que está presente en la mayoría de ellas. La depresión es un trastorno que afecta al cerebro y se presenta e influye de forma notable en múltiples enfermedades neurológicas, por eso creímos necesario que desde la Sociedad Española de Neurología se intentara hacer una aproximación sobre las implicaciones que tiene la depresión en la salud de nuestros pacientes neurológicos", ha dicho el presidente de la SEN, José Miguel Láinez.
Este informe, prosigue, muestra que la depresión es una de las principales comorbilidades asociadas a muchas enfermedades neurológicas, ya de por sí discapacitantes y ha comprobado que, a menor sintomatología depresiva, mejor será la respuesta a ciertos tratamientos y mejor será la percepción tiene el paciente neurológico sobre su calidad de vida, independiente de la presencia de otros síntomas asociados a su enfermedad. "Por lo tanto, es un problema que, como neurólogos, también nos debe importar afrontar y tratar", ha añadido.
Y es que, la depresión también influye en la evolución de las enfermedades neurológicas y en la respuesta de los pacientes neurológicos a los tratamientos. Los pacientes neurológicos que también padecen depresión tienen un riesgo hasta 10 veces mayor de fallecer por ictus, el doble de riesgo de desarrollar una epilepsia farmacorresistente y presentan un mayor nivel de deterioro cognitivo ante enfermedades como el Parkinson, el Alzheimer o la esclerosis múltiple.
Asimismo, la presencia de depresión aumenta la frecuencia y la intensidad de los ataques de migraña, con una alta probabilidad de que se cronifique, así como de los brotes de la esclerosis múltiple. "En todo caso, y aunque la depresión puede, en algunos casos, afectar a la efectividad de los tratamientos utilizados para el tratamiento de las enfermedades neurológicas, éstos también pueden ayudar a mejorar la depresión", ha añadido el vocal de la Sociedad Española de Neurología, Javier Camiña.
Dada la fuerte vinculación entre la depresión y la conducta suicida, en el informe también se revisa la presencia de ideación suicida entre los pacientes neurológicos ya que, incluso si la depresión se diagnostica como leve, su presencia aumenta el riesgo de suicidio entre las personas con trastornos neurológicos.
En los últimos 10 años, se ha producido un aumento en la tendencia suicida entre los pacientes con enfermedades neurológicas (11% frente al 3%) y se ha constatado que existe un mayor riesgo de suicidio en pacientes con enfermedades neurológicas como la epilepsia, la esclerosis múltiple, la migraña y, muy especialmente, en la cefalea en racimos, así como en quienes padecen trastornos neurodegenerativos como la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Huntington, la esclerosis lateral amiotrófica o el Parkinson.
Respecto a la población general, los pacientes de epilepsia, esclerosis múltiple o de ictus tienen casi el doble de probabilidades de morir por suicidio. Además, las muertes por suicidio en los pacientes con enfermedad de Parkinson son cinco veces superiores y, en personas con ELA, seis veces superiores.
"A pesar de su frecuencia, la depresión no siempre se diagnostica en los pacientes neurológicos de una forma adecuada, porque las manifestaciones clínicas de la depresión en los pacientes neurológicos pueden ser diferentes de las habituales y se pueden llegar a confundir con los síntomas de fatiga, alteración del sueño, apatía, déficits cognitivos, que también son síntomas habituales en muchas enfermedades neurodegenerativas. Es muy importante que los neurólogos detectemos y tratemos adecuadamente la depresión en los pacientes neurológicos para mejorar su calidad de vida", ha zanjado Miguel Láinez.