MADRID 19 May. (EUROPA PRESS) -
Hasta un 20 por ciento de la población europea presenta dolor crónico según destaca la coordinadora del Grupo de Dolor de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), la doctora Juana Sánchez Jiménez, quien advierte de que estos datos de prevalencia son muy diferentes entre los países del norte y del Sur de Europa.
"Los países del norte de Europa tiene una prevalencia más alta que es del 33 por ciento, pero otros países como Francia, Italia, Portugal o España tienen menos población que manifieste dolor. Concretamente en España no se supera el 12 por ciento", afirma en una entrevista a Europa Press, recogiendo estos datos del el estudio Pain in Europe realizado sobre 46.000 pacientes entre octubre de 2002 y junio de 2003.
En cuanto a los motivos, aunque afirma que no se ha analizado, señala que uno de los motivos principales puede ser los condicionamientos sociales y el estilo de vida. "En el sur somos poblaciones que miran más al exterior y los sistemas sanitarios son mejores", afirma.
Sánchez Jiménez, explica que el dolor crónico es aquel que se prolonga en el tiempo por más de tres meses y que, recuerda, "altera la capacidad del individuo para desarrollar su vida social, familiar o laboral; y que se torna más intenso en la noche".
"Cada vez hay más pacientes con dolor crónico porque hoy en día los pacientes toleramos menos el dolor y exigimos tener mayor calidad de vida", explica, al tiempo que advierte de que se trata de una enfermedad que aumenta su prevalencia a medida que aumenta la edad". Por tanto, "a mayor esperanza de vida mayor número de casos se presentan en la consulta del médico de Atención Primaria", añade.
La coordinadora del Grupo de SEMG, que ha participado este jueves en el XVIII Congreso Nacional y XII Internacional de Medicina General y de Familia, advierte de que, además, hasta un 8 por ciento presenta alguna forma de dolor crónico neuropático, una enfermedad del sistema nervioso que causa dolor de diferente intensidad.
Respecto a este dolor, afirma que "es una patología difícil de reconocer", y, por este motivo, es necesario mejorar la entrevista con el paciente, "de forma que exista un contacto más cercano con un lenguaje claro que permita al enfermo comprender el alcance de su patología y las posibilidades reales de tratamiento que pasan por un alivio del dolor pero difícilmente por una curación total a corto plazo".
Actualmente los médicos de Familia a través de un test denominado DNA 4 valoran diez variables de la enfermedad que indican su presencia y el grado de afectación. Herramientas de este tipo facilitan la labor de identificación del médico de Atención Primaria y ello repercute en un abordaje más precoz de la enfermedad.