MADRID 23 Ene. (EUROPA PRESS) -
El 20 por ciento de las personas que practican deportes de invierno padecen enfermedades oculares, especialmente oftalmia, conocida también como 'ceguera de la nieve', que, aunque no se pierde visión, produce una inflamación de la conjuntiva del ojo y de la córnea como consecuencia de la exposición a la radiación ultravioleta.
Se trata, por tanto, de una patología que afecta a las personas que practican el esquí, el alpinismo y demás deportes de nieve sin la debida protección ocular. En este sentido, según ha explicado el presidente del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas, Juan Carlos Martínez Moral, los síntomas de la oftalmia de la nieve se perciben entre 4 y 6 horas después de haber realizado las actividades en el exterior.
Concretamente, los principales síntomas son el lagrimeo excesivo, enrojecimiento, inflamación de los párpados, fotosensibilidad, dolor de cabeza, sensación de cuerpo extraño y visión borrosa. "Lo importante siempre en estos casos es la prevención, para lo cual resulta imprescindible protegerse de la radiación ultravioleta utilizando gafas oscuras con filtro UV que cubran el ojo por completo", ha explicado Moral.
De hecho, se estima que por cada 1.000 metros de altura, el efecto dañino de la radiación solar sobre los ojos aumenta un 15 por ciento. Y es que, la nieve refleja el 80 por ciento de los rayos ultravioletas, por lo que la sobreexposición ocular a esta luz puede producir la denominada oftalmia de la nieve o queratoconjuntivitis solar, lesiones en el cristalino (cataratas) y en la retina (maculopatías), cuya gravedad dependerá de la dosis de radiación ultravioleta acumulada a lo largo de la vida, al igual que ocurre con el cáncer de piel.
Ahora bien, el sol no es la única amenaza, ya que el ambiente frío y seco, propio del invierno, puede irritar los ojos y, especialmente, a aquellas personas que utilizan lentes de contacto.