MADRID, 25 Ene. (EUROPA PRESS) -
Entre el 2 y el 10 por ciento de la población padece claudicación intermitente, también conocida como la 'enfermedad de los escaparates', caracterizada por fuertes dolores en los miembros inferiores y que afecta especialmente a los hombres mayores de 70 años, diabéticos o los pacientes con una enfermedad coronaria o cerebrovascular.
"De todas las causas a descartar, las vasculares, además de ser muy frecuentes, son las que pueden llegar a ser más graves, por lo que en estas circunstancias es muy importante su valoración precoz", ha comentado el doctor del Hospital Quirónsalud San José, Andrés Salazar Álvarez.
Un envejecimiento precoz de las arterias, como consecuencia de condiciones desfavorables (tensión arterial alta no controlada, diabetes, tabaquismo vigente o pasado, colesterol alto o sedentarismo), que ocasiona que puedan llegar a acumular placas de arteriosclerosis que reduzcan el flujo de sangre que llega a la extremidad o, incluso, obstaculizarlo por completo.
"Dependiendo de cuál sea el tejido afectado, dicha reducción del flujo de sangre arterial provocará distintos síntomas, de mayor o menor complejidad. En el caso de los miembros inferiores puede manifestarse como dolor al caminar o 'claudicación intermitente'", ha insistido el doctor del servicio de Angiología y Cirugía Vascular, Salazar Álvarez.
Con el ejercicio, los músculos de las piernas, especialmente los gemelos, demandan un mayor aporte de sangre y, al existir una obstrucción que lo limita, estos músculos sufren y se produce el dolor, en un mecanismo de respuesta similar al que tiene lugar en el corazón durante una angina de pecho.
"Además, puede llegar a ser tan intenso que obligue a pararse al que lo padece cada vez que recorre una distancia determinada y más o menos constante. Es por esto que clásicamente se dice que los enfermos se detienen a mirar un escaparate mientras pasa el dolor", ha comentado este cirujano vascular.
POR CADA PACIENTE HAY 3 CON ENFERMEDAD ARTERIAL
Esta enfermedad se produce más frecuentemente en fases avanzadas de la vida y, por ello, "no es raro" que el que la sufre, así como sus familiares, no la sepan reconocer y achaquen sus molestias al deterioro propio de la edad. "Se estima que por cada paciente con claudicación intermitente conocida hay tres o cuatro con enfermedad arterial de las piernas sin diagnosticar", ha apostillado.
Sin tratamiento, prosigue, es probable que esta enfermedad empeore progresivamente, disminuyendo cada vez más la distancia en la que aparece el dolor o, en casos más graves, surgiendo incluso en reposo o, más grave todavía, asociado a lesiones cutáneas.
"Cuando esto sucede los cirujanos vasculares hablamos de isquemia crítica, ya que comienza a comprometerse la viabilidad de la extremidad. Es importante la valoración médica porque la arterioesclerosis es un fenómeno sistémico, esto es, que afecta a todas las arterias del cuerpo, por lo que cuando se diagnostica una claudicación es muy probable que haya afectados otros órganos más importantes que las piernas (cerebro, corazón o riñones), aunque aún no se hayan presentado síntomas", ha señalado el experto.
Ahora bien, los expertos han avisado de que lo "más importante" para establecer una pauta terapéutica es la valoración por un especialista en Angiología y Cirugía Vascular, encargado de prescribir el tratamiento "más indicado" en consideración de la gravedad de los síntomas.
"En la mayoría de los casos, y en ausencia de dolor en reposo o de lesiones cutáneas, el tratamiento empieza es conservador y se centra en un control estricto de los factores de riesgo cardiovascular (hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia y tabaquismo), en el establecimiento de una rutina de ejercicio diario así como en el ajuste de la medicación", ha dicho Salazar Álvarez, para añadir que en otros casos es necesario, además, efectuar procedimientos para hacer llegar mayor cantidad de sangre arterial oxigenada a la extremidad.