MADRID, 16 Oct. (EUROPA PRESS) -
Desde que un niño nace hasta aproximadamente los tres años, las revisiones médicas son habituales para establecer un normal crecimiento y desarrollo y que estos sean constantes en el tiempo, ya que hasta un 10 por ciento de los niños de hasta tres años presentan fallo de medro por tener un peso inferior al 80 por ciento del ideal para su edad y una caída de dos o más líneas principales en las gráficas de peso estandarizadas.
Sin embargo, hasta el 20 por ciento de los niños sanos puede presentar periodos de falta de crecimiento de hasta tres meses, por ello "son fundamentales las revisiones tan periódicas que se les hacen. Además, que presenten periodos de falta de crecimiento de hasta tres meses no indica que un niño tenga fallo de medro, si no que en ese periódico ha crecido menos de lo que es habitual, pero que recuperará de forma natural, sin intervención ninguna por parte del especialista", añade el doctor Bodas.
CAUSAS DEL FALLO DE MEDRO
Las causas del fallo de medro pueden ser orgánicas (el niño sufre algún tipo de enfermedad), en el 80 por ciento de los casos, debido a una ingesta insuficiente de alimentos que, en muchos casos, es el primer síntoma de una enfermedad subyacente como anorexia, trastornos neurológicos o cromosomopatías, enfermedades renales o hepáticas, paladar hendido, reflujo o esofagitis, entre otras.
Este grupo también estaría compuesto por niños con problemas para la maldigestión o malabsorción de nutrientes; otras patologías que pueden provocar fallo de medro son aquellas en las que existe
mayores necesidades energéticas para poder no sólo cubrir las necesidades vitales, sino
también para mantener un crecimiento de peso y talla mantenido en el tiempo. "Hablaríamos de
niños con problemas congénitos de corazón, enfermedades crónicas pulmonares o que estén
en pasando por procesos oncológicos", explica el experto.
Las causas pueden ser, también, inorgánicas (tienen que ver, en la mayoría de los casos, con el entorno socioeconómico), aquí se incluyen una gran cantidad de factores como problemas económicos familiares, problemas que alteran la convivencia familiar, desatenciones familiares o maltrato, práctica de algunas creencias relacionadas con la alimentación...
Existen otras causas que pueden influir en la talla y el peso de los niños, por ejemplo, la herencia genética, retraso en el crecimiento intrauterino y los nacimientos prematuros.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
El diagnóstico está basado en la realización de una buena historia clínica del paciente en la que queden registradas todas las circunstancias que se han producido desde la concepción del bebe, como si se han tenido problemas durante la gestación y/o el parto, las enfermedades diagnosticadas previamente y cómo es el entorno económicosocial. Esto, junto con las exploraciones físicas periódicas y las pruebas que los especialistas prescriban, ayudan a dar con el diagnóstico que explique el fallo de medro y, por tanto, a pautar el tratamiento que sea necesario.