MADRID, 19 Feb. (EDIZIONES) -
La mayoría de los padres suelen pensar "erróneamente" que si su bebé tiene exceso de saliva, rechaza la comida, está irritable, duerme mal y se lleva la mano y otros objetos a la boca es porque le están saliendo los dientes.
Sin embargo, la neonatóloga y jefa del servicio de urgencias pediátricas del Hospital La Milagrosa de Madrid, Paloma Nacher, ha avisado de que estos síntomas no tienen por qué ser indicativos de la dentición y ha informado de que las señales que más delatan que se están formando los dientes es la inflamación, sensibilidad y enrojecimiento de las encías.
"El babeo, la irritabilidad, la inapetencia, la fiebre, la diarrea o las infecciones respiratorias no son una consecuencia directa de la aparición de los dientes, sino que podrían darse algún caso, de forma leve y por poco tiempo coincidiendo con el momento de la dentición", ha asegurado.
De hecho, se calcula que puede haber un 35 por ciento de bebés que no experimentan ningún síntoma con la aparición de los diente de leche. Por ello, y con el objetivo de tranquilizar a los padres, la experta ha desvelado los 10 falsos mitos más comunes que se producen sobre este asunto:
1.- Babeo: el incremento de la saliva puede deberse a que las glándulas han acelerado su funcionamiento para la ingesta de alimentos distintos a la leche.
2.- Mocos: la presencia de mocos no tiene que atribuirse a la salida de los dientes. Hay que consultar al pediatra si éstos duran varios días y, más aún, si van acompañados de fiebre.
3.- Fiebre: la salida de los dientes no tiene por qué causar fiebre, aunque puede incrementar algo la temperatura corporal por la inflamación de las encías. Puede ser que su sistema inmunitario esté algo más debilitado y, por ello, contraiga alguna enfermedad que genere la subida de la fiebre.
4.- Diarrea: igual que con la fiebre, se suele pensar que la dentición provoca colitis o deposiciones más blandas o constantes, pero esto no es así. Si esto sucede, hay que consultar al médico para ver qué ha desencadenado la diarrea, como puede ser una gastroenteritis o una reacción alérgica.
NO PIERDEN LAS GANAS DE COMER
5.- Inapetencia: los pequeños no pierden las ganas de comer, sino que las molestias en las encías les hacen comer menos o que les cueste más ingerir los alimentos.
6.- Uso de medicamentos: se desaconseja el uso de fármacos para adormecer las encías, ya que lo único que hace es endurecerlas y retrasar su aparición. En su lugar, recomienda el uso de un anillo o aro para morder.
7.- Mordedores: aunque el frío puede aliviar la sensibilidad y la inflamación de las encías, no se aconseja introducir los mordedores en el congelador puesto que podrían provocar quemaduras en la mucosa de la boca. Si se pueden introducir en la nevera para que estén fríos.
8.- Limpieza: la higiene bucal de los niños debe comenzar a realizarse con cepillo cuando el pequeño tenga por lo menos ocho dientes. Hasta entonces, se le puede dar agua después de comer para que arrastre los restos de comida que puedan quedar en los dientes o frotarlos con una gasa humedecida con agua.
9.- Edad de la dentición: la salida de los dientes depende del momento en el que les salieron a los padres. Aunque suele ser entre los seis y ocho meses y la media es que a los 30 meses el niño ya tenga los 20 dientes de leche, estos ritmos pueden variar mucho entre los pequeños. Conviene consultar al pediatra cuando el niño a partir de los 18 meses no tiene ningún diente para que valore la situación.
10.- Orden de salida de los dientes: aunque hay un patrón más o menos común para la aparición de los dientes de leche, éste puede variar mucho entre niños. Así que los padres de los pequeños que no sigan estos esquemas a la letra, no tienen que pensar que los niños tienen algún tipo de problema o que lo vayan a desarrollar de mayores, con los dientes definitivos.