MADRID, 15 Jul. (EUROPA PRESS) -
El verano es una época en la que las personas incrementan su consumo de alcohol y las comidas copiosas, unos hábitos que no resultan beneficiosos para los pacientes oncológicos, pues los efectos secundarios de las terapias, como náuseas o diarrea en el caso de la radioterapia o la quimioterapia, o sofocos y sudoraciones en el caso de los tratamientos hormonales, pueden verse incrementados durante el periodo estival, tanto por el calor como por el seguimiento de hábitos poco saludables.
Es por ello por lo que la nutricionista oncológica Victoria Góngora, durante una entrevista con Europa Press Infosalus, ha recomendado el consumo de productos frescos y de temporada, así como evitar el alcohol o tomar comida muy grasienta en esta época, cuando el calor también puede provocar una mayor deshidratación derivada de las terapias, especialmente en las personas más mayores, quienes a menudo tienen una menor percepción sobre la sed.
En el caso de las mujeres con cáncer en terapia endocrina, el calor puede llegar a empeorar los sofocos y provocar una peor calidad de sueño, dando lugar a un mayor cansancio y fatiga durante el resto del día.
La deshidratación puede llegar a hacer que los fármacos incluidos en el tratamiento contra el cáncer no se metabolicen igual, lo que puede dar lugar a numerosos problemas, motivo por el que la especialista ha hecho énfasis en esta cuestión.
"Estamos en fechas de salir a las terrazas, de beber alcohol y de comidas copiosas, que pueden provocar más deshidratación y empeorar los efectos secundarios (...) y pueden hacer que se duerma peor", ha añadido la experta.
Tras ello, ha hecho especial hincapié en que "es mentira" que la cerveza hidrata, y ha recalcado que el alcohol puede deshidratar, motivo por el que ha recomendado evitar este tipo de bebidas, o al menos reducir el consumo a "una cerveza en vez de tres".
Góngora también ha aconsejado evitar las bebidas calientes y reducir el consumo de café, así como apostar por un mayor consumo de alimentos frescos y de temporada, basando la alimentación en cremas, gazpacho, proteínas vegetales, legumbres o helados caseros.
En cuanto al estilo de vida, ha aconsejado llevar ropa fresca; evitar realizar deporte en las horas de más calor, siendo recomendable combinar el ejercicio aeróbico y el de fuerza; y consultar con el especialista para medicamentos que puedan reducir los efectos secundarios, pues ha reconocido que a veces no basta con basarse en la alimentación y el ejercicio.
FALTA DE NUTRICIONISTAS ONCOLÓGICOS EN EL SNS
"La nutrición debe ser un pilar más dentro del tratamiento oncológico", ha añadido Góngora, quien ha lamentado la falta de dietistas nutricionistas en los centros hospitalarios del Sistema Nacional de Salud (SNS).
Tras ello, ha resaltado que en caso de estar presentes son "muy pocos" para atender a las diferentes subespecialidades demandadas por la población, encontrándose "desbordados", dedicándose "a todo" y careciendo de recursos suficientes para todos los pacientes.
Esta situación provoca que los pacientes comiencen su tratamiento sin "orientaciones claras" sobre la alimentación que deben seguir, a pesar de que una atención personalizada puede reducir los efectos secundarios y aumentar la eficacia del tratamiento.
Asimismo, ha subrayado que España es un "caso raro" a nivel europeo, y que esta cuestión está cubierta a menudo por organizaciones no gubernamentales (ONG), asociaciones o clínicas privadas.
Sin embargo, ha recordado que existen algunas comunidades autónomas, como Cataluña, que ya han incluido esta figura profesional en la Atención Primaria, mientras que en la Comunidad de Madrid tan solo existe una plaza. En otras autonomías, como la Comunidad Valenciana, ya existen seis y cada vez se van "abriendo más" plazas.