MADRID 7 May. (EUROPA PRESS) -
La mortalidad materna se ha reducido en el mundo en más de un 44 por ciento desde el año 1990 hasta la actualidad, pero todavía son muchas las mujeres en países subdesarrollados que no pueden ver crecer a sus bebés porque mueren durante el embarazo o el parto debido a la falta de acceso a centros de salud o a matronas.
"El dato más duro y por el que estamos trabajando para que se reduzca lo máximo posible es el de la mortalidad materna, es decir, el de las mujeres que pierden la vida al dar a luz por complicaciones en el parto o en las semanas siguientes. Lo que queremos es que todas las mujeres y sus bebés puedan celebrar el Día de la Madre", ha subrayado a Europa Press la responsable de Programas de Cooperación y Emergencias de Unicef en España, Blanca Carazo.
Para la ONG de infancia, lo importante en el marco de la celebración este domingo 6 de mayo del Día de la Madre es "reconocer el valor de ese vínculo especial entre las madres y sus hijos" pero también destacar los "retos" a los que se enfrentan muchas mujeres en el mundo a la hora de ser madres.
En este sentido, Carazo destaca que es una "buena noticia" que la mortalidad materna se haya reducido en más de un 44 por ciento en los últimos casi 30 años. "Estamos en el buen camino", asegura, al tiempo que recuerda que es una de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Para conseguir que siga reduciéndose la mortalidad materna, la responsable de Programas de Cooperación y Emergencias de UNICEF destaca la importancia de que las mujeres puedan tener acceso a una atención sanitaria adecuada y a unas condiciones higiénicas y de alimentación correctas.
En esta línea, apunta que en el año 2016 todavía 40 millones de bebés nacieron sin que hubiera una persona cualificada, como una matrona, ayudando al parto, uno de los factores que más reducen la mortalidad, según precisa Carazo. También señala que es clave el control prenatal, un tema que para muchas mujeres es desconocido pues no realizan "ni una sola visita al médico durante el embarazo".
En Ruanda, por ejemplo, el importante programa de mejora de los servicios de atención al parto que se ha llevado a cabo ha logrado disminuir la tasa de mortalidad materna, pasando de 1.071 muertes por cada 100.000 partos en 1990 a 210 en 2015. Si bien, en otros países como República Centroafricana, la tasa actual sigue siendo alta con 882 mujeres que mueren por cada 100.000 partos.
Desde ONG como UNICEF promueven que las mujeres de países subdesarrollados tengan más información y acceso a los servicios de salud a lo largo de los nueve meses de embarazo así como en las semanas posteriores. También les preocupa el alto número de embarazos adolescentes, sobre todo, en países de Latinoamérica como Ecuador o República Dominicana.
TRES MATRONAS POR CADA 10.000 HABITANTES
En este contexto, ante el escaso número de profesionales de salud --en República Centroafricana hay tres matronas por cada 10.000 habitantes--, UNICEF ha puesto en marcha iniciativas innovadoras como un programa de SMS, por el cual se realiza un control prenatal de la mujer embarazada que por barreras geográficas, culturales o económicas no tienen fácil acceso a un centro de salud.
A través de esta tecnología con la que trabajan desde hace más de diez años en países como Ruanda o zonas de Bolivia de difícil acceso, las madres pueden enviar y recibir mensajes gratuitos en el teléfono móvil para someterse a un control de su embarazo.
En cualquier caso, la ONG no quiere que esta iniciativa sustituya las visitas del personal médico y cree que es urgente formar a más matronas y médicos, que existan más centros de salud centralizados así como programas de apoyo económico para que las futuras madres puedan pagar el transporte al centro salud o que haya brigadas móviles para seguimiento médico.
Por otro lado, en el ámbito nacional, Carazo recuerda que en España todavía uno de cada tres niños viven en riesgo de exclusión social y pobreza, y añade que aunque los servicios de salud en el país son "muy buenos" comparados con los de los países subdesarrollados, hay que trabajar por "un sistema que proteja siempre y en todas las circunstancias a los niños y a las familias".