MADRID, 3 Nov. (EUROPA PRESS) -
La puntuación del test de Apgar, que evalúa el estado de un bebé al nacer, también puede ser una herramienta útil para predecir si una madre está gravemente enferma, según sugiere una investigación reciente. Así, las madres del estudio cuyos bebés presentaban una baja puntuación de Apgar tenían nueve veces más de riesgo de ingresar en la unidad de cuidados intensivos (UCI) que aquellas cuyo bebé tenía resultados de Apgar normales.
La salud de un bebé y su madre están inextricablemente vinculada durante todo el embarazo y el parto, sin embargo, ninguna de las herramientas actuales que se emplea para evaluar el riesgo de "morbilidad materna aguda severa" -es decir, una mujer que está estado crítico con necesidad de ser trasladada a una unidad de cuidados intensivos-- tiene en cuenta la salud de su bebé.
El doctor Joel Ray, médico e investigador en el Hospital de St. Michael y científico adjunto en el Instituto de Ciencias de Evaluación Clínica (ICES, por sus siglas en inglés), examinó los registros de salud en poder de ICES de más de 600.000 nacidos vivos en Ontario entre 2006 y 2012. Así, encontró una "muy fuerte relación" entre la puntuación de Apgar de un bebé y si su madre fue ingresada en la UCI después del parto.
En un artículo de investigación publicado este lunes en 'JAMA Pediatrics', Ray destaca que entre las madres cuyos bebés tenían un Apgar normal cinco minutos después del nacimiento, 1,7 por cada mil mujeres fueron ingresadas en una UCI. Cuando la puntuación de Apgar cayó al rango intermedio, 12,3 de cada 1.000 madres fueron trasladadas en la UCI y cuando los resultados de Apgar estaba en el rango bajo, la tasa de ingreso materno en la UCI subió a 18,2 por 1.000.
La puntuación de Apgar es una medida universal realizada por médicos, parteras y enfermeras, que se obtiene un minuto después del nacimiento y otra vez a los cinco minutos. Fue diseñada para evaluar rápidamente el estado de un recién nacido con el fin de determinar si el bebé necesita atención médica o de emergencia inmediata.
La puntuación de un total de 10 puntos otorga dos puntos a: el aspecto (color de la piel), el pulso (frecuencia cardiaca), los gestos (reflejos), la actividad (tono muscular) y la respiración del recién nacido (velocidad y esfuerzo de respiración). Una puntuación normal se considera que es 7 o superior y unos resultados intermedios son entre 4 y 6, situándose la puntuación baja entre el 0 y el 3.
El estudio de Ray vio que las madres cuyos bebés tenían una puntuación de Apgar baja presentaban nueve veces más riesgo de ingreso en la UCI que aquellas cuyo bebé tuvo un Apgar normal, incluso después de tener en cuenta la edad de la madre, el número de partos anteriores, la situación económica y si poseía ciertas condiciones de salud crónicas. Las madres cuyos bebés registraban una puntuación de Apgar intermedia tuvieron 6,5 veces más riesgo de ir a la UCI que las de niños con un Apgar normal.
Las madres que requirieron ventilación mecánica en la UCI --lo que indica que estaban especialmente mal-- eran 18 veces más propensas a haber tenido un bebé con una puntuación de Apgar baja. Una pequeña proporción de las mujeres tienen un ingreso previsto de ir a la UCI no porque estén en estado crítico, sino para un control especial de cuestiones como una enfermedad cardiaca preexistente.
La mayoría de los ingresos maternos en la UCI no son planeados, sino que se producen por complicaciones como sangrado abundante después del parto, preeclampsia seria (presión arterial alta) o por una histerectomía de emergencia. "Nuestro estudio muestra que una métrica universalmente disponible para los recién nacidos --la puntuación de Apgar-- tiene una aplicación prometedora y novedosa para las madres también. Como mínimo, se confirma que, incluso después de su nacimiento, la salud del bebé y la madre permanecen íntimamente vinculadas", concluye Ray.