MADRID, 24 Ene. (EUROPA PRESS) -
La superfetación, es decir, quedarse embarazada durante un embarazo, es un hecho "verdaderamente raro" pero que puede ocurrir en mujeres infértiles que se someten, tras muchos años intentándolo y con otros factores de riesgo, a un tratamiento de fecundación in vitro (FIV).
Así lo ha explicado el director médico de Clínicas Eva, César Lizán, quien ha aludido al caso de Beata Bienas, el undécimo que se documenta entre la comunidad médica de superfectación, y que fue una paciente que padecía de ovarios poliquísticos, obesidad y, probablemente, una alteración de la ovulación.
Tres factores que son motivo de infertilidad y que hicieron que la mujer se sometiera a una FIV después de ocho años tratando de lograr el embarazo de manera natural. Lo sucedido se debe, según ha explicado el ginecólogo, al proceso de estimulación ovárica propio de este tratamiento.
"Este tipo de pacientes pueden pasar mucho tiempo sin ovular y cuando reciben un estímulo hormonal externo, activar un número muy elevado de folículos, con el consiguiente riesgo de gestaciones múltiples. No obstante, nos encontramos ante un caso verdaderamente raro porque no es habitual que el endometrio, el tejido que recubre la pared interna del útero, se mantenga tanto tiempo receptivo", ha explicado.
En estos casos el procedimiento es realizar una vigilancia "exhaustiva" para evitar que pueda activarse un número elevado de folículos antrales, es decir en los sacos que contienen óvulos inmaduros. Además, ha comentado el doctor de EVA, cuando este tipo de pacientes se someten a FIV, se suelen congelar los embriones y hacer transferencias diferidas (no el mismo mes en el que se produce la estimulación) para evitar el riesgo de hiperestimulación.
A juicio del experto, lo que probablemente ha sucedido es que algún folículo no se ha extraído durante la punción ovárica y ha ovulado de forma natural. Si eso coincide con las relaciones sexuales de la paciente y con la transferencia de embriones procedentes del tratamiento, pueden convivir una gestación 'in vitro' con una natural, de ahí los tres bebés finalmente nacidos.
Un proceso similar es el ocurrido durante los embarazos múltiples con algo de discordancia, que consisten en dos fecundaciones próximas en el tiempo, pero ambas logradas de manera natural. Esta situación, también excepcional, se da cuando se ovula más de un ovocito en un ciclo natural y no exactamente en la misma fecha.
"Estos, como todos los embarazos múltiples están considerados de alto riesgo y requieren más controles porque están asociados a nacimientos prematuros. Por lo tanto, durante los nueves meses de gestación, así como una vez nacidos, los bebés suelen estar muy controlados. En este sentido, es importante determinar el número de placentas y de sacos amnióticos, ya que cuando los fetos comparten estructuras hay más posibilidad de que se produzcan complicaciones", ha argumentado el especialista.
Después, prosigue, no hay que olvidar que los embriones pueden tener distinta salud porque su dotación genética suele ser distinta o porque pueden sufrir distinto aporte sanguíneo o de nutrientes. "Asimismo, puede ocurrir que fallezca alguno de los fetos o que tengan afectaciones distintas de la estructura de algún órgano. Incluso hay ocasiones en que, en gemelos, se ha descrito el nacimiento de uno de ellos y de forma diferida el parto del otro", ha zanjado.