MADRID 25 Ago. (EUROPA PRESS) -
La fisioterapeuta especializada en suelo pélvico, colaboradora de INTIMINA y creadora de La Pelvis Revolution, María Pérez, ha afirmado que algunos hábitos cotidianos percibidos como "inofensivos" para la salud íntima femenina, como orinar en la ducha, aguantar las ganas de ir al baño durante mucho tiempo o no sentarse por completo en el inodoro pueden perjudicar el funcionamiento del suelo pélvico y derivar en pérdidas de orina.
"Muchos de los hábitos que creemos inofensivos, como aguantarse las ganas o hacer pis en la ducha, pueden acabar alterando la forma en la que trabaja la vejiga y afectando al suelo pélvico con el tiempo. Tomar conciencia de esto y empezar a entrenar esta musculatura es clave para prevenir problemas y ganar calidad de vida", ha expresado Pérez.
En el caso de orinar en la ducha, además de condicionar al cuerpo por el sonido del agua y las ganas de orinar, la postura de pie no permite una completa relajación del suelo pélvico ni la correcta activación del músculo detrusor, que es el encargado de almacenar y expulsar la orina, lo que puede interferir a largo plazo con la forma natural en la que se vacía la vejiga.
La experta ha explicado que situaciones como entrar en contacto con agua fría o escuchar el sonido del agua fluir pueden provocar ganas de orinar, un condicionamiento que en algunos casos puede estar acompañado de pequeñas fugas, sobre todo en situaciones donde la musculatura pélvica se puede encontrar debilitada, como en el posparto, la menopausia o tras ciertas intervenciones médicas.
Otro comportamiento tan común como perjudicial es aguantar las ganas de ir al baño durante mucho tiempo que, de convertirse en rutina, la vejiga se acaba acostumbrando a llenarse más de lo ideal, lo que podría alterar su funcionamiento y pudiendo influir en el suelo pélvico.
Del mismo modo, no sentarse completamente en el inodoro por higiene o no relajar el suelo pélvico impide que la vejiga se vacíe por completo, lo que puede dar lugar a una acumulación de orina residual, aumentando así el riesgo de infecciones urinarias y contribuyendo a la pérdida de tono muscular del suelo pélvico.
ENTRENAR EL SUELO PÉLVICO
Es por ello por lo que Pérez ha subrayado la importancia de entrenar y fortalecer el suelo pélvico, consiguiendo así una buena salud urinaria.
"Entrenar el suelo pélvico ayuda a mantener un buen control de la orina, gestionar las ganas de hacer pis y evitar tanto escapes como otras molestias asociadas. Para lograrlo, entre otras opciones, existen ejercicios específicos como los Kegel, que bien hechos y con constancia, pueden dar muy buenos resultados", ha añadido.
Además, ha recomendado usar ejercitadores como KegelSmartTM 2 de INTIMINA, que se adapta automáticamente a las necesidades fisiológicas de cada mujer y que establece un programa guiado por vibración para un entrenamiento eficaz en tan sólo cinco minutos.