MADRID, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -
Durante el embarazo, ganar demasiado o muy poco peso no es solo una cuestión estética: puede cambiar la salud de la madre y del bebé de formas que pocos esperan. Desde riesgos de parto prematuro hasta complicaciones neonatales, conocer los rangos ideales se vuelve crucial para proteger al futuro bebé.
DEMASIADO O DEMASIADO POCO
Alrededor de dos tercios (68%) de los embarazos presentan un aumento de peso mayor o menor al recomendado, lo cual se asocia con complicaciones como parto prematuro, peso elevado al nacer e ingreso a cuidados intensivos, según un análisis de datos de 1,6 millones de mujeres realizado por la Universidad Monash en Australia.
Los hallazgos, publicados en 'The BMJ', refuerzan la necesidad de contar con estándares internacionales para un aumento de peso gestacional saludable, junto con apoyo al estilo de vida y medidas de salud pública para mejorar los resultados para las madres y los bebés en todo el mundo,
Un aumento de peso excesivo o insuficiente durante el embarazo (conocido como aumento de peso gestacional o GPG, el crecimiento combinado de la madre y el bebé) se asocia con mayores riesgos para la salud tanto de la madre como del bebé, que pueden persistir hasta edades avanzadas.
La mayoría de los países se basan en las directrices del Instituto de Medicina sobre el aumento de peso gestacional (GWG, por sus siglas en inglés), pero estas se basan en datos de mujeres predominantemente blancas de países de altos ingresos en la década de 1980, por lo que no reflejan la diversidad étnica de las poblaciones en entornos de ingresos bajos, medios y altos, ni la creciente disponibilidad de alimentos poco saludables y otros factores ambientales que impulsan tendencias globales como el aumento de peso (IMC).
UN PROBLEMA GLOBAL
En respuesta, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado una iniciativa para desarrollar estándares mundiales saludables de aumento de peso gestacional (APG) destinados a definir recomendaciones óptimas de APG en diversos entornos.
Para apoyar esta iniciativa, los investigadores analizaron datos de 40 estudios observacionales que incluyeron a 1,6 millones de mujeres de 18 años o más de cinco de las seis regiones mundiales definidas por la OMS que informaron resultados del embarazo según el IMC y el GWG desde 2009 hasta 2024. De estos 40 estudios, 36 (90%) se consideraron de alta calidad.
Aproximadamente la mitad (53%) de las participantes del estudio tenían un IMC saludable antes del embarazo, mientras que el resto se clasificó por debajo (6%), por encima (19%) o con obesidad (22%). Solo un tercio (32%) presentó un aumento de peso gestacional combinado, tanto para la madre como para el bebé, dentro de los rangos recomendados; el 23% aumentó menos peso del recomendado y el 45% más.
Según los criterios de IMC de la OMS, un aumento de peso gestacional inferior al rango recomendado se asoció con un menor riesgo de parto por cesárea, un bebé grande para la edad gestacional y un peso elevado al nacer (macrosemia), pero con un mayor riesgo de parto prematuro, un bebé pequeño para la edad gestacional, bajo peso al nacer y dificultad respiratoria.
Por el contrario, un aumento de peso gestacional superior al rango recomendado se asoció con un mayor peso al nacer y un mayor riesgo de parto por cesárea, trastornos hipertensivos del embarazo, un bebé grande para la edad gestacional, macrosomía e ingreso en una unidad de cuidados intensivos neonatales, y un menor riesgo de parto prematuro y un bebé pequeño para la edad gestacional.
Se observaron patrones similares cuando se utilizaron categorías de IMC asiáticas en estudios realizados en esta región del mundo.
Los investigadores señalan algunas limitaciones, como las variaciones en las clasificaciones del IMC y del aumento de peso gestacional, y observan que pocos estudios de países de bajos ingresos cumplieron con sus criterios de inclusión, lo que limita la diversidad. Tampoco descartan la posibilidad de que otros factores no medidos, como el tabaquismo, la edad y el origen étnico, hayan influido en sus resultados.
Sin embargo, concluyen: "Nuestros hallazgos fundamentan y respaldan la necesidad de contar con estándares de referencia internacionales de la OMS para el aumento de peso gestacional (GWG, por sus siglas en inglés), optimizados y basados en la evidencia, que utilicen datos individuales de pacientes y sean aplicables a todo el rango del IMC en poblaciones globales contemporáneas y diversas. Esto ampliará y mejorará las recomendaciones actuales y es esencial para sustentar el apoyo a múltiples niveles con el fin de mejorar la salud de las madres y los bebés en todo el mundo".
CÓMO AFECTA A LA MADRE Y AL BEBÉ
Según asociaciones médicas como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), las futuras madres pueden:
Riesgos para la madre:
- Aumento de peso excesivo se asocia con hipertensión gestacional, diabetes gestacional y mayor probabilidad de parto por cesárea
- Aumento insuficiente puede incrementar la posibilidad de parto prematuro y complicaciones relacionadas con la nutrición.
Riesgos para el bebé:
- Peso excesivo al nacer (macrosomía), lo que puede complicar el parto y aumentar la probabilidad de ingreso en unidad de cuidados intensivos neonatales
- Peso insuficiente al nacer, bebés pequeños para su edad gestacional, riesgo de problemas respiratorios y desarrollo más lento.
Impacto a largo plazo:
- Estudios muestran que los efectos pueden perdurar, afectando la salud metabólica y el crecimiento futuro del niño.
- Para la madre, mantener un peso saludable ayuda a reducir riesgos de obesidad y enfermedades cardiovasculares tras el embarazo.