MADRID, 26 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) ha calificado de "inapropiado e injusto" que se utilice el término 'violencia obstétrica' en la futura ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo, donde se contempla como aquella que se da en el marco del parto, como una forma de violencia de género.
La 'violencia obstétrica' es un término utilizado como referencia para aquellas intervenciones médicas innecesarias durante el proceso del parto, a menudo rutinarias, que en muchas ocasiones se realizan sin proporcionar información suficiente a las mujeres ni solicitarles el consentimiento.
"Nos parece inapropiado, tendencioso e injusto el término 'violencia obstétrica' por su significado jurídico doloso, como intención de causar daño, ánimo de lesionar, empleo de fuerza o amenazas, tipificable penalmente, que debemos rechazar por completo. No debe confundirse en modo alguno la praxis inadecuada con las expectativas de parto no cumplidas", ha dicho.
Sin embargo, apostilla, es un término que ha permitido poner de manifiesto las experiencias desagradables de muchas mujeres y posicionarlo en el debate público. En este sentido, la SEGO ha aseverado que la buena 'praxis' debe basarse en la formación de los profesionales en competencias técnicas y de comunicación, en la información alas pacientes y en la documentación de la historia clínica.
"La evolución de la asistencia obstétrica ha sufrido importantes cambios que reflejan su adaptación a las evidencias científicas y a los cambios sociales y culturales de nuestra sociedad. Existe un margen de mejora para continuar la adaptación a un nuevo escenario asistencial, desde el punto de vista conceptual y científico, ya iniciada en los últimos años, para determinadas prácticas obstétricas", ha detallado.
De hecho, la SEGO, contando con la colaboración de todos sus socios y la opinión de las mujeres y de otros colectivos sanitarios, ha desarrollado y trabaja en la actualización de guías clínicas para que con el fin de mejorar en la asistencia al embarazo, parto y puerperio, adaptarlas al conocimiento y la sociedad actual.
Además, considera importante escuchar a las mujeres y a sus parejas, e incorporar su participación en las políticas de salud, establecer puntos de reflexión y de intercambio, reclamar medios suficientes a la administración sanitaria y a las entidades aseguradoras, y denunciar sus carencias, para proporcionar una atención respetuosa con la maternidad, enfocada a conseguir que el nacimiento sea una experiencia positiva, en el marco de su compromiso con la excelencia.