MADRID, 10 Dic. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Michigan (Estados Unidos) han confirmado, tras analizar 397 nacimientos de agua y 2.025 nacimientos terrestres, que dar a luz en el agua es un método seguro tanto para la madre como para el bebé.
De hecho, en el trabajo, publicado en la revista 'Birth', no se han observado diferencias entre los partos en el agua y en la tierra respecto a las tasas de ingresos en unidades de cuidados intensivos neotales, o de hemorragias posparto.
Durante un parto en el agua, los bebés respiran por primera vez cuando se retiran de la bañera. Hasta entonces, sus pulmones están llenos de agua, la cual se desplaza cuando golpean el aire y respiran, siendo el cordón umbilical el encargado de proporcionarles oxígeno.
"Es importante no volver a sumergir a los bebés. La mamá y el bebé salen de la bañera con ayuda y mantas calientes, generalmente antes de entregar la placenta para que la pérdida de sangre se pueda calcular con mayor precisión", han dicho los expertos, quienes han reconocido que se necesitan más estudios para saber el nivel de satisfacción de las mujeres que dan a luz en el agua.