MADRID, 8 Oct. (EUROPA PRESS) -
En 2022, 2,3 millones de mujeres fueron diagnosticadas con cáncer de mama en todo el mundo y se produjeron 670.000 muertes relacionadas. A pesar de los importantes avances de los últimos años, sigue siendo difícil identificar con precisión los mejores tratamientos para cada paciente y predecir los casos con peor pronóstico.
La secuenciación del genoma completo es una técnica potente que consiste en analizar el ADN tanto del paciente como de su tumor para buscar cambios genéticos o mutaciones. Esto proporciona información sobre la causa subyacente del tumor y sus causas. También puede proporcionar información valiosa para orientar el tratamiento, por ejemplo, identificando vulnerabilidades en la composición del tumor o detectando indicios de que un paciente podría ser resistente a un tratamiento específico.
Aunque la tecnología se está abaratando rápidamente (Ultima Genomics anunció recientemente que puede secuenciar el genoma humano por menos de 100 euros), su uso no está muy extendido en el NHS. Ofrecida a través del Servicio de Medicina Genómica del NHS, actualmente está disponible para algunos tipos de cáncer en adultos, cánceres raros, cánceres pediátricos y ciertos cánceres metastásicos.
La secuenciación completa del genoma ofrecida a pacientes con cáncer de mama probablemente permitirá identificar características genéticas únicas que podrían orientar el tratamiento inmediato o ayudar a unir a las pacientes con ensayos clínicos para más de 15.000 mujeres al año, afirman científicos de la Universidad de Cambridge (Reino Unido). Los resultados de su estudio se publican en 'The Lancet Oncology'.
EL PODER DE LEER TODO EL ADN TUMORAL
La profesora Serena Nik-Zainal, del Departamento de Medicina Genómica y del Instituto de Cáncer Temprano de la Universidad de Cambridge, expone: "Es cada vez más posible utilizar la secuenciación del genoma completo para informar el tratamiento del cáncer, pero podría decirse que no se está utilizando en todo su potencial, y ciertamente no para algunos de los tipos de cáncer más comunes. Parte de la razón es que carecemos de estudios clínicos que respalden su uso, pero también se debe en parte precisamente a que la información es tan rica que, en cierto sentido, puede ser demasiado abrumadora para entenderla".
Para abordar estos desafíos, la profesora Nik-Zainal y sus colaboradores utilizaron datos de casi 2.500 mujeres de toda Inglaterra, almacenados en la Biblioteca Nacional de Investigación Genómica, uno de los recursos de datos más grandes y valiosos del mundo en su tipo, gestionado por Genomics England. Los datos de las 2.500 mujeres se obtuvieron de su reclutamiento en el Proyecto 100.000 Genomas y se vincularon a registros clínicos y/o de mortalidad, rastreando los resultados durante cinco años. Los investigadores buscaron cambios genéticos que causan o influyen en el cáncer de mama, incluyendo problemas en la forma en que las células reparan el ADN.
HASTA UN 27% DE LOS CASOS PODRÍAN RECIBIR TRATAMIENTOS PERSONALIZADOS
Los investigadores descubrieron que el 27% de los casos de cáncer de mama presentaban características genéticas que podrían ayudar a orientar un tratamiento personalizado de inmediato, ya sea con fármacos existentes o mediante el reclutamiento en ensayos clínicos prospectivos o actuales. Esto equivale a más de 15.000 mujeres al año en el Reino Unido.
Entre las características identificadas estaban: HRD (deficiencia de reparación dirigida por homología), un problema de reparación del ADN que se encuentra en el 12% de todos los cánceres de mama; mutaciones únicas que podrían ser atacadas con medicamentos específicos; signos de resistencia a la terapia hormonal; y patrones mutacionales que sugieren debilidades en el cáncer que los tratamientos podrían explotar.
El equipo identificó un 15% adicional de casos con características que podrían ser útiles para futuras investigaciones, como problemas con otras vías de reparación del ADN. Esto equivaldría a más de 8.300 mujeres al año.
El análisis también proporcionó información sobre el pronóstico. Por ejemplo, en el subtipo más común de cáncer de mama, conocido como cáncer de mama ER+HER2-, que representa aproximadamente el 70% de los diagnósticos, se observaron fuertes indicadores genéticos de la agresividad del cáncer. Por ejemplo, cambios estructurales importantes en el ADN se asociaron a un riesgo mucho mayor de muerte, al igual que las firmas mutacionales de APOBEC (un tipo de patrón de daño en el ADN) y las mutaciones en el gen del cáncer TP53. Estos marcadores genéticos fueron más predictivos que las medidas tradicionales, como la edad de la paciente, el estadio del cáncer o el grado del tumor.
Con los resultados, los investigadores crearon un marco para ayudar a los médicos a identificar qué pacientes necesitan un tratamiento más agresivo y cuáles podrían recibir un tratamiento menor de forma segura. También sugirieron que alrededor de 7.500 mujeres al año con tumores de bajo grado podrían beneficiarse de un tratamiento más agresivo.
EL NHS, LÍDER MUNDIAL EN MEDICINA GENÓMICA
Ante estos datos, Nik-Zainal aporta: "El Reino Unido es un auténtico líder mundial en cuanto a su capacidad para realizar secuenciación genómica completa en el NHS a través del Servicio de Medicina Genómica. Ahora que disponemos de evidencia a nivel poblacional del impacto que podría tener la secuenciación genómica completa, tenemos el potencial de marcar la diferencia en la vida de miles de pacientes cada año, ayudando a personalizar su atención con mayor precisión, ofreciendo más tratamiento a quienes lo necesitan y menos a quienes no".
Además de utilizarse para adaptar los tratamientos a cada paciente, los datos de secuenciación del genoma completo podrían transformar la forma en que reclutamos y llevamos a cabo ensayos clínicos, acelerando así el desarrollo de nuevos tratamientos muy necesarios.
Nik-Zainal añade: "Actualmente, solo analizamos a los pacientes para detectar un pequeño número de mutaciones genéticas y podemos invitarlos a participar en un ensayo clínico si presentan una mutación que coincida con el objetivo del ensayo. Pero si, en cambio, disponemos de su lectura genética completa, ya no estaremos limitados a ensayos individuales con un objetivo específico".
"Podríamos ampliar enormemente el potencial de reclutamiento, a múltiples ensayos clínicos en paralelo, lo que haría que el reclutamiento para ensayos clínicos fuera más eficiente y, en última instancia, permitiera que las terapias adecuadas llegaran a los pacientes adecuados con mucha más rapidez", concluye.