MADRID 30 Jul. (EUROPA PRESS) -
El riesgo de sufrir infecciones vulvovaginales, una inflamación de la parte externa y/o interna del aparato genital femenino, incrementa hasta un 50 por ciento en verano, según ha avisado la especialista en Ginecología, Obstetricia y Sexología en los centros médicos Creu Blanca, Maite Fernández.
El 75 por ciento de las mujeres padecen una infección vulvovaginal a lo largo de su vida, y el 50 por ciento experimentan, al menos, un segundo episodio. La piel de la vulva y la mucosa que recubre la vagina se inflaman a causa de un desequilibrio entre las bacterias sanas y las bacterias dañinas que se encuentran en la vagina.
De hecho, las infecciones vulvovaginales representan el 20 por ciento del total de consultas ginecológicas, ya sea en Atención Primaria, especializada o urgencias. Entre estas, la candidiasis vaginal, provocado por el hongo Candida albicanses, es la infección que afecta a más mujeres en Europa.
"A las mujeres que sufren este tipo de infecciones durante todo el año les recomiendo tomar algún tipo de probiótico para fortalecer la flora vaginal. Siempre bajo la supervisión de un especialista, es preferible tomar los probióticos orales al finalizar la menstruación debido a los desequilibrios en la flora vaginal que ésta provoca", ha explicado Fernández.
No obstante, la doctora ha avisado de que no sirve cualquier probiótico. "Los probióticos que contienen lactobacillus crispatus y gasseri son los más beneficiosos y se relacionan con una mayor salud vaginal. Aunque existen muchos probióticos en el mercado con otros lactobacillus que también son muy útiles, bajo la supervisión médica y el tratamiento individualizado", ha argumentado Fernández.
Ante signos como picazón, irritación vaginal o dolor al orinar, la automedicación puede agravar los síntomas y crear resistencia a tratamientos. "El hecho de automedicarnos solo empeora la situación, ya que en muchas ocasiones optamos por tratamientos inadecuados que alteran el pH de la vagina. La alteración del PH puede complicar la detección precisa de la enfermedad y, en consecuencia, el tratamiento a aplicar", ha avisado Fernández.
Cuando una mujer sufre entre 3 o 4 vaginitis por hongos al año, estaríamos hablando de una candidiasis de repetición. En este caso, se requiere un tratamiento específico bajo la supervisión y el seguimiento de un ginecólogo.
Las recomendaciones básicas para evitar las infecciones por hongos o candidiasis vaginal pasan por evitar que la zona vulvovaginal esté húmeda demasiado tiempo; reemplazar la ropa mojada por ropa seca, en especial la ropa de baño; llevar ropa interior de recambio cien por cien de algodón; no usar salvaslips, ya que aumentan la humedad en la zona íntima e incrementan el riesgos de sufrir infecciones; usar un gel de farmacia específico para la zona íntima, es decir, distinto al que utilizamos para resto del cuerpo; y evitar lavados vaginales porque alteran el pH y la flora vaginal.