MADRID, 5 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio realizado por investigadores del Hospital Brigham and Women's, en Massachusetts (Estados Unidos) sugiere una relación entre la exposición a las sustancias perfluoroalquiladas (PFAS) y la preeclampsia de aparición tardía, una enfermedad caracterizada por la hipertensión y la disfunción renal que afecta a entre el 2 y el 8 por ciento de los embarazos en Estados Unidos.
Las PFAS, a veces denominadas "sustancias químicas permanentes", son sustancias de larga duración fabricadas por el hombre que se sabe que contaminan los suministros de agua potable de muchas comunidades. Aunque los científicos reconocen su potencial toxicidad, aún no han entendido cómo afectan exactamente estas sustancias a la salud humana.
"Las PFAS son omnipresentes en el medio ambiente y se detectan comúnmente en los seres humanos", ha señalado el investigador David Cantonwine, epidemiólogo Ambiental Perinatal en la División de Medicina Materno-Fetal en el Brigham. Tal y como señala, la exposición a los PFAS se ha relacionado con una amplia gama de resultados adversos para la salud, incluidos los reproductivos.
Concretamente, en este estudio, publicado en 'Environmental Health Perspectives', se centran en los efectos de la exposición a los productos químicos PFAS durante el embarazo temprano y la preeclampsia.
Investigaciones anteriores habían descubierto una correlación entre la exposición prenatal a los PFAS y la preeclampsia, lo que sugiere que estas toxinas influyen en el desarrollo de este trastorno. En el estudio de Cantonwine, los investigadores se propusieron examinar la relación entre los PFAS y los subtipos de preeclampsia de aparición temprana y tardía.
En un principio, se pensaba que la preeclampsia se desarrollaba a partir de una remodelación incompleta de las arterias vertebrales del útero en la placenta, pero ahora se entiende que puede surgir de múltiples mecanismos, potencialmente superpuestos.
NUEVO ENFOQUE
En el pasado, los científicos especializados en salud ambiental han estudiado exclusivamente la preeclampsia como un único trastorno, pero, reconociendo que la enfermedad puede tener múltiples causas, el equipo adoptó un nuevo enfoque para comprender mejor el impacto que las sustancias químicas PFAS tienen en la salud materna.
Para llevar a cabo este estudio, Cantonwine y sus colegas analizaron a 150 participantes de su biorrepositorio, 'LIFECODES', que ha estado almacenando datos y muestras de mujeres embarazadas en el Hospital Brigham and Women's desde 2006. Midieron nueve sustancias químicas PFAS a las 10 semanas de gestación aproximadamente en 75 mujeres a las que se les había diagnosticado preeclampsia y en 75 mujeres normotensas.
Sorprendentemente, este estudio reveló una asociación entre la exposición prenatal a los PFAS y la preeclampsia de aparición tardía. En particular, los investigadores no encontraron una correlación significativa entre la exposición a los PFAS y los biomarcadores angiogénicos o la preeclampsia de inicio temprano, lo que sugiere que el papel que desempeñan los PFAS en la preeclampsia puede no implicar principalmente el desarrollo de la placenta.
Los investigadores señalan que la población de este estudio era relativamente pequeña. En el futuro, esperan replicar esta investigación a mayor escala para validar los resultados y explorar los mecanismos biológicos de estos hallazgos. Aunque este estudio informa de una correlación, no de una causalidad, si estudios de seguimiento más amplios replican estos hallazgos, dicha investigación puede influir en la política medioambiental, y quizás reducir la exposición pública a los PFAS.
"El objetivo principal de este artículo era tratar de proporcionar información a los científicos que quieran realizar estudios similares", dice Cantonwine. "Replicar y validar estos resultados puede ayudar a informarnos sobre el impacto de tóxicos como los PFAS en la salud materna, y es de esperar que conduzca a cambios políticos relevantes", concluye.