La recuperación tras un ictus: por qué las mujeres podrían tardar más en volver a la normalidad

Archivo - Ictus.
Archivo - Ictus. - ISTOCK - Archivo
Infosalus
Publicado: lunes, 22 diciembre 2025 8:03

   MADRID, 22 Dic. (EUROPA PRESS) -

Cuando alguien sufre un accidente cerebrovascular, la recuperación puede ser un camino largo y lleno de desafíos. Sin embargo, un reciente estudio sugiere que no todos los pacientes recuperan al mismo ritmo, y que ciertos grupos podrían necesitar atención más personalizada.

    Entre comidas, vestirse o incluso manejar, las diferencias sutiles en la recuperación diaria podrían estar afectando la vida de muchas personas sin que lo notemos. Los investigadores de Estados Unidos han querido entender mejor estas disparidades y cómo podrían influir en la rehabilitación a largo plazo.

PEQUEÑAS DIFERENCIAS, GRANDES EFECTOS EN LA VIDA DIARIA

   Al examinar la recuperación durante el primer año tras un accidente cerebrovascular isquémico, un nuevo estudio de la Universidad de Michigan en Ann Arbor (Estados Unidos) ha descubierto que, en tareas cotidianas como comer, vestirse y conducir, las mujeres participantes experimentaron una recuperación ligeramente peor que los hombres. El estudio se publica en 'Neurology', la revista médica de la Academia Americana de Neurología.

   El accidente cerebrovascular isquémico, el tipo más común, se produce cuando se bloquea el flujo sanguíneo a una parte del cerebro. "El accidente cerebrovascular es una de las principales causas de discapacidad y, con el envejecimiento de la población, el número de sobrevivientes de accidentes cerebrovasculares está aumentando", contextualiza el autor del estudio, el doctor Chen Chen, de la Universidad de Michigan en Ann Arbor.

"Dado que muchas personas viven con desafíos físicos, cognitivos y emocionales después de un accidente cerebrovascular, es importante encontrar maneras de mejorar la recuperación. Nuestro estudio proporciona una mejor comprensión de las diferencias de género durante la recuperación del accidente cerebrovascular", añade.

POR QUÉ LAS MUJERES PODRÍAN NECESITAR UN ENFOQUE DISTINTO

   Para el estudio, los investigadores identificaron a 1.046 personas que sufrieron su primer ictus isquémico. Los participantes tenían una edad promedio de 66 años. Los investigadores revisaron sus historiales médicos y entrevistas para monitorear su recuperación a los tres, seis y doce meses después del ictus. Se les realizaron evaluaciones neurológicas, pruebas cognitivas y cuestionarios sobre su calidad de vida.

   También se evaluó la capacidad de los participantes para realizar tareas cotidianas, tanto sencillas como complejas, como caminar, bañarse, cocinar y realizar las tareas del hogar. Una puntuación de dos indicaba cierta dificultad para realizar las tareas cotidianas. Una puntuación de tres indicaba mucha dificultad.

   En las tareas cotidianas, las participantes obtuvieron puntuaciones medias más altas que los participantes masculinos, lo que indica una recuperación más deficiente a los tres, seis y doce meses tras el ictus. Por ejemplo, las participantes obtuvieron una puntuación media de 2,39 y los participantes masculinos de 2,04 a los tres meses. Las puntuaciones de las participantes femeninas, pero no de las de los participantes masculinos, disminuyeron de tres a doce meses, lo que indica cierta mejora.

   Tras ajustar factores como la edad, la raza y la etnia, la educación y la situación del seguro médico, los investigadores observaron que las puntuaciones promedio de las participantes femeninas fueron 0,13, 0,10 y 0,09 más altas a los tres, seis y doce meses, lo que indica una recuperación más deficiente que la de los participantes masculinos. Chen señala que la magnitud del efecto fue pequeña.

MIRANDO AL FUTURO: REHABILITACIÓN MÁS PERSONALIZADA

   Si bien no hubo diferencias de sexo en otras áreas de recuperación, ambos sexos experimentaron una mejora en la función neurológica, que incluye la comunicación y la realización de movimientos simples.

   "Nuestros resultados sugieren que es necesario realizar evaluaciones tempranas y repetidas de la capacidad de una persona para realizar las tareas cotidianas después de un ictus, especialmente en mujeres, para reducir estas diferencias en la recuperación", aporta Chen.

"Al desarrollar nuevas intervenciones, se deben considerar estos patrones de recuperación. Dado que las diferencias se concentraron principalmente en actividades como realizar tareas domésticas pesadas, ir de compras y cargar objetos pesados, las nuevas intervenciones podrían incluir actividades de fortalecimiento muscular", afirma.

   Una limitación del estudio fue que los investigadores no tenían datos sobre el uso de servicios de rehabilitación por parte de los participantes, por lo que no pudieron evaluar el impacto potencial.

Contador

Contenido patrocinado