Recomiendan mayor acceso a los anticonceptivos en países en desarrollo para evitar embarazos no deseados en adolescentes

Embarazada, embarazo
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Actualizado: miércoles, 21 diciembre 2016 12:46

    MADRID, 24 Ago. (EUROPA PRESS) -

    Mejorar la salud sexual y reproductiva de los jóvenes en países de medianos y bajos ingresos es uno de los objetivos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que se hace eco de un estudio publicado esta semana donde se recomiendan una revisión de intervenciones enfocadas a ese objetivo, como dar un mayor acceso a los anticonceptivos en estos países para evitar embarazos no deseados.

   El estudio, publicado en el 'Journal of Adolescent Health', analiza medidas realizadas en jóvenes con edades comprendidas entre los 10 y 24 años. Así, saca como principal conclusión que no hay una sola acción o intervención que pueda ayudar a todos los jóvenes a hacer frente a los problemas de salud sexual y reproductiva a los que pueden enfrentarse.

   No obstante, se encontraron varias intervenciones de alta calidad, que pueden ser aplicables en entornos específicos para conseguir resultados específicos. Aunque, señalan que "se necesitan más pruebas para demostrar si estas intervenciones pueden aplicarse a otros entornos o ayudar a mejorar los resultados de salud sexual y reproductiva adicionales para los jóvenes".

    El estudio, realizado por el Obafemi Awolowo University en Nigeria, se centró en tres consecuencias no deseadas de una mala salud sexual: los embarazos no deseados; el matrimonio infantil y las infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH. Para ello, durante 4 años los investigadores examinaron más de 57.000 artículos.

   El equipo de investigación identificó un pequeño número de estudios de alta calidad, pero ninguno que resulten eficaces para abordar los tres objetivos al mismo tiempo, y muy pocos que sean eficaces en todos los entornos. Como

   Michelle Hindin, científico de la OMS y autor de las observaciones del estudio, afirma que "no hay una única solución y la eficacia menudo también depende de dónde y cómo se implementa una intervención". Si bien no existe un enfoque único que trabaja para mejorar todos los resultados, el estudio encontró que hay una serie de estrategias de alta calidad que han impactado positivamente en la salud sexual y reproductiva de los jóvenes, ya que pueden ayudar a informar a las inversiones estratégicas en muchos contextos y a través de diversas poblaciones y entornos.

   A la hora de abordar los embarazos no deseados se ha observado que tienen muy buenos resultados en la población adolescente realizar estrategias de intervención directa que incluyen la distribución de anticonceptivos (China, Kenia), la educación entre pares (India, Camerún), y las campaña de los medios de comunicación (India). "Para reducir los embarazos no deseados, el uso de anticonceptivos es posiblemente esencial", advierten.

   Para prevenir infecciones de transmisión sexual las intervenciones se centran en los resultados relacionados con la reducción de los comportamientos sexuales de riesgo, tales como la disminución del número de parejas sexuales y el fomento del uso del condón. La mitad de las intervenciones de alta calidad que redujeron significativamente el diagnóstico de ITS o síntomas de ITS eran campañas en los medios de comunicación (Sudáfrica, Malawi y Camerún).

   Finalmente, para poner fin a los matrimonios infantiles las estrategias más comunes estaban enfocadas a explicar que la asistencia escolar es más ventajosa para las familias de las niñas que el matrimonio. Asimismo, se recomiendan incentivos financieros otorgados a las familias como transferencias monetarias (Malawi, México) o la provisión de uniformes escolares que forman parte de los gastos que tienen que pagar las familias de los niños a la escuela (Kenia, Zimbabwe).

   No obstante, mientras que la mayoría de estos programas tuvieron éxito en la disminución de la proporción de niñas casarse temprano, o el aumento de la edad de matrimonio, algunos tuvieron un éxito desigual o no tuvieron éxito.

   Los autores llaman la atención sobre la necesidad de que se realicen esfuerzos para mejorar la información y los datos. "Cuando tenemos mejores datos, tenemos una mejor comprensión de lo que funciona, dónde y cómo. Los directores de programas y los donantes necesitan esta información para tomar las medidas que pueden hacer una diferencia sostenible", ha señalado Hindin.