MADRID, 3 Feb. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Escuela Icahn de Medicina de Mount Sinai, en Nueva York (Estados Unidos), han utilizado bacterias vaginales para limpiar a los recién nacidos por cesárea y enriquecer su microbioma, que difiere del de quienes nacen por vía vaginal.
Según explican los autores de este trabajo que publica la revista 'Nature Medicine', los partos por cesárea se asocian a un mayor riesgo de enfermedades inmunológicas y metabólicas ya que los niños no se exponen al microbioma --conjunto de microorganismos que habitan en el cuerpo humano-- vaginal de sus madres.
Por ello, en este estudio piloto se propusieron transferir parcialmente estas bacterias limpiando a los recién nacidos los dos minutos posteriores al parto con una gasa incubada en la vagina de las progenitoras una hora antes del nacimiento.
Los investigadores recolectaron muestras de 18 niños, 7 nacidos vaginalmente y 11 por cesárea, de los cuales cuatro fueron tratados con el nuevo método. Un mes después del nacimiento estos cuatro niños mostraron un microbioma similar al de los nacidos en un parto vaginal, aunque los investigadores puntualizan que la transferencia de microbios no era completa.
"Este método es importante por dos razones: en primer lugar porque sabemos que nacer por cesárea significa que, al no estar expuesto a microbios vaginales, el bebé adquiere un microbioma muy distinto al de los nacidos vaginalmente", ha explicado a Sinc José Clemente, coautor del estudio.
En segundo lugar, porque "el nacimiento por cesárea está asociado a un incremento en el riesgo de desarrollar enfermedades inmunológicas y metabólicas", enumera el científico.
El coste del tratamiento sería mínimo, por lo que algún día podría llegar a emplearse de forma habitual. Sin embargo, los científicos puntualizan que ese momento aún está lejos.
"Primero tenemos que determinar si la restauración del microbioma que han presentado es realmente suficiente y si tiene efectos beneficiosos para el bebé. Esto requerirá estudios con un número mayor de participantes en el que podamos medir, de manera fiable, si estar expuesto a microbios vaginales realmente reduce la incidencia de enfermedades", concluye el investigador.