MADRID, 13 Mar. (EUROPA PRESS) -
Con motivo del Día Mundial de la Endometriosis, que se celebra este martes, 14 de marzo, la compañía de salud íntima femenina 'INTIMINA' recuerda una de las complicaciones más graves de la endometriosis conocida como 'pelvis congelada', término que describe el estado del interior de la pelvis cuando han aparecido adherencias (trozos de tejido anómalo entre órganos), por ejemplo entre el útero, los ovarios, la vejiga y los intestinos, provocando que se queden inmovilizados.
La endometriosis afecta a una de cada diez mujeres en edad reproductiva y a más de dos millones de mujeres en España. Es una enfermedad en la que células similares al tejido del interior del útero (endometrio) se encuentran fuera de él, normalmente en los órganos pélvicos y peritoneo. Aunque las causas de la endometriosis aún se desconocen se manejan diferentes hipótesis, una de ellas es la migración de células endometriales a través de los vasos sanguíneos o el sistema linfático.
La endometriosis en su estado más avanzado por falta de tratamiento suele ser la causa más frecuente de pelvis congelada. No obstante, existen otras causas posibles como el cáncer, la enfermedad inflamatoria pélvica (EIP), la radioterapia de los órganos pélvicos y las intervenciones quirúrgicas en la pelvis.
La pelvis congelada o síndrome adherencial suele estar relacionada con la endometriosis infiltrativa o profunda, una forma invasiva de endometriosis aunque es importante destacar que no todas las personas con endometriosis profunda sufrirán un síndrome adherencial o pelvis congelada, si se tratan adecuadamente.
Entre los síntomas más comunes está el dolor intenso si los nervios de algún órgano pélvico se ven comprometidos por las adherencias este dolor puede extenderse por las piernas de forma similar a la ciática. La presión sobre la pelvis (al cruzar, juntar las piernas o sentarse) también puede causar dolor.
Otros síntomas pueden ser estreñimiento, dolor durante la defecación y, a veces, urgencia miccional, provocada por la constricción de la vejiga y/o intestinos al formarse adherencias en los órganos.
En los casos en los que la pelvis congelada se debe a la endometriosis sin tratar, las mujeres llegan a sentir dolor al mantener relaciones sexuales, lo que se conoce como dispareunia, debido a las lesiones y alrededor de la zona vaginal o cervical.
El primer paso para diagnosticar la pelvis congelada es una exploración ginecológica, y, como en una exploración manual siempre hay algún movimiento de la vagina y el útero, si este resulta muy doloroso indica que esos órganos están inmovilizados. Junto con la exploración, el médico puede solicitar pruebas de imagen, como una resonancia o una ecografía vaginal.
Las opciones de tratamiento dependen de la gravedad de los síntomas. En primer lugar contamos con la fisioterapia de suelo pélvico que logra grandes resultados en casos de pelvis congelada o síndrome adherencial. La intervención quirúrgica podría ser necesaria cuando los síntomas repercuten significativamente en la vida cotidiana y no se han podido solucionar con la fisioterapia. La cirugía consiste en eliminar el que restringe el movimiento de los órganos y requiere así mismo una rehabilitación fisioterapéutica posterior.
"Entender lo que supone la pelvis congelada y su relación con la enfermedad es crucial para el bienestar de la mujer con endometriosis. Con el diagnóstico y el tratamiento adecuados, las mujeres podrán controlar los síntomas, mejorando su salud y calidad de vida futuras" afirma la sexóloga y experta en ciclo menstrual, colaboradora de INTIMINA, Irene Aterido.