MADRID 29 Ene. (EUROPA PRESS) -
Los niños que nacen prematuros, es decir, antes de la semana 37 de gestación, tienen un mayor riesgo de desarrollar asma y trastornos de sibilancias durante la infancia, según concluye un nuevo estudio publicado en 'PLoS Medicine'.
El trabajo, realizado por Jasper Been, del Centro Médico de la Universidad de Maastricht (Países Bajos) y la Universidad de Edimburgo (Reino Unido) y colegas de la Facultad de Medicina de Harvard (Estados Unidos) es una revisión sistemática y un metaanálisis de 30 estudios únicos, en el que en conjunto participaron aproximadamente 1,5 millones de niños.
Los autores encontraron que los niños nacidos prematuros fueron aproximadamente un 46 por ciento más propensos a desarrollar asma o trastorno de sibilancias durante la infancia que los bebés nacidos a término (en la semana 37 o posteriores).
Los científicos también vieron que los niños nacidos muy prematuros (antes de la semana 32 de gestación) registraban un riesgo aún mayor de desarrollar asma o trastorno de sibilancias, con casi tres veces más probabilidades que los niños nacidos a término.
Los investigadores estiman que si no se hubieran producido los nacimientos prematuros, se hubiera producido una reducción del 3,1 por ciento en los trastornos de sibiliancias en la infancia. A su juicio, los hallazgos son importantes porque un número creciente de bebés prematuros sobreviven hoy gracias a las mejoras en la gestión de la prematuridad, con aproximadamente un 11 por ciento de los niños que nacen ahora antes de la semana 37.
Sin embargo, la acumulación de evidencia sugiere que los eventos de nacimiento temprano están involucrados en el desarrollo posterior de enfermedades no transmisibles. Los autores de este trabajo argumentan que las consecuencias pulmonares del parto prematuro tienen a persistir durante toda la vida.
"Hay pruebas concluyentes de que el parto prematuro, particularmente el nacimiento muy prematuro, aumenta el riesgo de asma. La investigación ahora tiene que centrarse en la comprensión de los mecanismos subyacentes y luego traducir estos conocimientos sobre el desarrollo en intervenciones preventivas", concluyen estos expertos.