MADRID, 5 Jun. (EUROPA PRESS) -
Las mujeres de 45 años o más que toman terapia hormonal con estrógenos en forma de píldora tienen más probabilidades de sufrir hipertensión arterial que las que utilizan fórmulas transdérmicas (tópicas, aplicadas sobre la piel) o vaginales, según un estudio publicado en la revista científica 'Hypertension'.
El organismo de la mujer produce menos estrógenos y progesterona tras la menopausia, cambios que pueden aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, incluida la insuficiencia cardiaca.
La terapia hormonal puede prescribirse para aliviar los síntomas de la menopausia, en los cuidados de reafirmación de género y en la anticoncepción, y estudios previos han descubierto que algunas terapias hormonales pueden reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular en mujeres menopáusicas menores de 60 años o en las que han pasado menos de 10 años desde la menopausia.
Los autores de este estudio apuntan que, aunque la hipertensión arterial es un factor de riesgo modificable de enfermedad cardiovascular, los efectos potenciales de los distintos tipos de terapia hormonal sobre la presión arterial en las mujeres menopáusicas siguen siendo inciertos.
"Sabemos que los estrógenos ingeridos por vía oral se metabolizan en el hígado, lo que se asocia a un aumento de los factores que pueden elevar la presión arterial", ha explicado Cindy Kalenga, autora principal del estudio y candidata a doctora en Medicina por la Universidad de Calgary (Canadá).
Las mujeres posmenopáusicas tienen más riesgo de sufrir hipertensión que las premenopáusicas y, además, estudios anteriores han demostrado que determinados tipos de terapia hormonal se asocian a tasas más elevadas de cardiopatías. Los investigadores decidieron profundizar en los factores asociados a la terapia hormonal, como la vía de administración (oral frente a no oral) y el tipo de estrógeno, y cómo pueden afectar a la presión arterial.
Este estudio involucró a un gran grupo de más de 112,000 mujeres, de 45 años o más, que surtieron al menos dos recetas consecutivas (un ciclo de seis meses) para la terapia hormonal de estrógeno solo, identificadas a partir de datos administrativos de salud en Alberta (Canadá), entre 2008 y 2019. El resultado principal de la presión arterial alta (hipertensión) se identificó a través de los registros de salud.
En primer lugar, los investigadores investigaron la relación entre la vía de administración de la terapia hormonal solo con estrógenos y el riesgo de desarrollar hipertensión arterial al menos un año después de iniciar el tratamiento. Las 3 vías diferentes de administración de la terapia hormonal fueron la oral (por boca), la transdérmica y la aplicación vaginal. Además, los investigadores evaluaron la formulación de estrógeno utilizada y el riesgo de desarrollar hipertensión arterial.
Para este estudio, los investigadores revisaron los historiales médicos de las personas que tomaban terapia hormonal sólo con estrógenos. Las dos formas más comunes de estrógeno utilizadas por los participantes en el estudio fueron el estradiol -una forma sintética de estrógeno que se asemeja más a lo que se produce de forma natural en el organismo de la mujer en los años premenopáusicos- y el estrógeno equino conjugado, una forma de estrógeno derivada de animales y el tipo más antiguo de terapia estrogénica.
Según el análisis, las mujeres que tomaban terapia estrogénica oral tenían un riesgo un 14 por ciento mayor de desarrollar hipertensión en comparación con las que utilizaban estrógenos transdérmicos y un riesgo un 19 por ciento mayor de desarrollar hipertensión en comparación con las que utilizaban cremas o supositorios vaginales de estrógenos. Tras tener en cuenta la edad, se observó una asociación más fuerte entre las mujeres menores de 70 años que entre las mayores de 70 años.
En comparación con el estradiol, el estrógeno equino conjugado se asoció con un 8 por ciento más de riesgo de desarrollar hipertensión arterial. Tomar estrógenos durante un periodo de tiempo más largo o tomar una dosis más alta se asoció con un mayor riesgo de hipertensión, señalaron los autores.
Los hallazgos del estudio sugieren que si la mujer menopáusica toma terapia hormonal, hay diferentes tipos de estrógeno que pueden tener menores riesgos cardiovasculares.
"Estos pueden incluir dosis bajas de estrógenos no orales -como el estradiol, en formas transdérmicas o vaginales- durante el periodo de tiempo más corto posible, en función de los síntomas individuales y de la relación riesgo-beneficio. También pueden asociarse al menor riesgo de hipertensión. Por supuesto, esto debe equilibrarse con los importantes beneficios de la terapia hormonal, que incluyen el tratamiento de los síntomas comunes de la menopausia", ha apuntado Kalenga.