NUEVA YORK, 15 Jul. (Reuters/EP) -
Un estudio del Hospital Infantil de Cincinnati (Estados Unidos) muestra que sólo la mitad de las mujeres que siguen fumando durante el embarazo lo reconocen abiertamente, mientras que el resto intentan ocultarlo o parece que les cuesta admitirlo, según los resultados de un estudio publicado en el 'Journal of Perinatology'.
En concreto, en su trabajo encontraron que sólo el 8 por ciento de las 787 embarazadas analizadas fuman durante el embarazo pero, tras someterse a una analítica, vieron que el doble presentaban niveles elevados de una sustancia química que indica una exposición a la nicotina.
"Estos resultados son muy preocupante porque fumar durante el embarazo es una de las principales causas prevenibles de complicaciones en el parto, incluyendo partos prematuros o riesgo de muerte fetal o neonatal", ha explicado Eric Hall, autor del estudio.
A las participantes se les preguntó por el consumo de tabaco durante el último trimestre del embarazo y se les tomaron muestras de orina para analizar la presencia de la cotinina, que indica si ha habido alguna exposición a la nicotina, y de otras sustancias como anfetaminas, benzodiacepinas, barbitúricos, marihuana, cocaína, heroína, buprenorfina, metadona o fenciclidina.
Las gestantes del estudio tenían una edad media de 28 años y la mayoría disponían de un seguro privado, mientras que alrededor de un tercio estaban cubiertas por el sistema estatal Medicaid, destinado a familias con bajos ingresos.
Aunque sólo 67 de las 787 mujeres admitieron haber fumado algún cigarrillo durante el último trimestre del embarazo, 117 dieron positivo a la exposición a nicotina al presentar niveles elevados de cotinina. Otras 53 mujeres también dieron positivo, pero con un nivel de exposición más bajo que, según los autores, podría asociarse a la exposición al tabaquismo pasivo o de segunda mano, o a que la mujer había dejado de fumar pocos días antes de someterse al análisis de orina.
Casi el 10 por ciento de las mujeres dio positivo a al menos una de las sustancias analizadas, las más frecuentes las cannabinoides o los opioides, y el 2 por ciento por exposición a múltiples drogas. Además, los asegurados por el Medicaid eran más propensos que el resto a dar positivo por cualquier droga.
PARA LAS EMBARAZADAS PUEDE SER MÁS DIFÍCIL DEJARLO
"La nicotina es increíblemente adictiva y dejar de fumar es un reto para cualquier persona", reconoce Hall, que también asume que para las embarazadas "puede ser más difícil por el estrés adicional que sufren, sobre todo si no cuentan con apoyo".
Una encuesta realizada en 2010 reveló que el 10 por ciento de las embarazadas admitían fumar durante el último tramo del embarazo pero, sin embargo, esta estimación estaba limitada por la posibilidad de que hubiera algunas que no admitieran seguir fumando, como se observa en este trabajo.
Entre los motivos para no reconocerlo, según los autores, puede estar el posible estigma social por los daños que conlleva tanto para el feto como para la madre.
Asimismo, ha defendido Hall, es preciso ampliar futuros estudios para analizar también el consumo de otros productos como puros y cigarrillos electrónicos, ya que "hay quienes piensan que estos son seguros cuando todavía no hay evidencia".