Gómez de Diego se compromete a "luchar contra el estigma de la salud mental"
SANTANDER, 26 May. (EUROPA PRESS) -
Las mujeres con problemas de salud mental son un colectivo "muy vulnerable", con riesgo al rechazo, aislamiento y exclusión social, tienen baja autoestima y se ven relegadas a las tareas de cuidado de otros familiares y del hogar, de hecho, sus oportunidades laborales están sesgadas hacia empleos tradicionalmente vinculados al rol femenino, con puestos de escaso nivel de cualificación.
Estas son algunas de las conclusiones de un estudio sobre la calidad de vida de las mujeres con problemas de salud mental y su acceso al empleo que ha llevado a cabo la asociación Ascasam entre 2020 y 2021 con financiación de la Fundación ONCE y que se ha presentado este jueves en una jornada que ha inaugurado la consejera de Empleo y Políticas Sociales, Eugenia Gómez de Diego.
El trabajo, que se ha elaborado sobre una muestra de 230 personas, detecta un ocultamiento e invisibilización del problema, la sobreprotección de las familias y cómo estas mujeres se ven relegadas a las tareas de cuidado de otros familiares y del hogar.
También recoge el mayor riesgo que estas mujeres tienen de establecer relaciones de dependencia, porque sufren un "alto déficit" de habilidades personales y sociales, así como su baja autoestima y bajo empoderamiento, que les dificulta el poder reconocer e identificar situaciones de violencia.
En este sentido, en su intervención, la consejera ha ofrecido la colaboración del Gobierno en todo lo que dependa de su departamento para reducir la brecha social y laboral que separa a las mujeres con problemas de salud mental del resto de la población.
Asimismo, ha reafirmado el compromiso del Gobierno con estas mujeres, que sufren una triple discriminación: de género; por su enfermedad, que sigue cargada de estereotipos y prejuicios; y por la discapacidad que provoca en la mayor parte de las que la padecen.
Además, ha agradecido a Ascasam y a la Fundación ONCE su esfuerzo para "abrirnos los ojos ante la realidad social de este colectivo tan invisible". "Todo mi apoyo en el desarrollo de programas que nos permitan la detección temprana de los problemas de salud mental de las mujeres, que se ven agravados cuando la situación sociolaboral de la persona pasa por dificultades", ha dicho.
Asimismo, ha destacado la necesidad de dar "una mayor visibilidad y participación" a un colectivo que sigue sufriendo "problemas de ocultación, de rechazo y de estereotipos sociales", contra los que las administraciones "tienen la obligación de luchar".
En ese sentido, ha destacado el esfuerzo realizado en lo que va de legislatura por el Gobierno de Cantabria en materia de Servicios Sociales, con cerca de 300 millones de euros para atender la dependencia y discapacidad solo en 2022. De esa cifra, cerca de 3,4 millones se destinan a ayudas a entidades privadas sin ánimo de lucro en materia de servicios sociales para garantizar su mantenimiento, así como la ejecución de programas, y las subvenciones a programas de interés general con cargo a la asignación tributaria del 0,7% del IRPF.
Y por lo que respecta al empleo, desde el Servicio Cántabro de Empleo (EMCAN) se han impulsado las ayudas para facilitar la integración laboral de personas vulnerables.
La consejera ha recordado que, además de las ayudas específicas para el mantenimiento del empleo de personas con discapacidad en Centros Especiales de Empleo, y subvenciones para colectivos vulnerables, en todas las órdenes de subvenciones, que este año superan los 60 millones de euros de inversión, reciben un tratamiento especial las mujeres y personas con especiales dificultades para acceder al mercado laboral.
Finalmente, ha indicado que "tomará buena nota" de las carencias que el estudio detecta para intentar corregirlas en la medida de lo posible. Entre ellas, la mejora de la coordinación de los servicios sociales y de salud del sistema público con la red privada de apoyo, representada por las entidades y asociaciones que trabajan con los enfermos de salud mental; la propuesta para crear un protocolo de atención, desde los servicios sociales, que implique la detección y análisis de la situación de las mujeres y de su entorno ante la demanda de una ayuda o prestación específica, así como el acompañamiento para su inclusión social.
También la necesidad de mejorar la información y la visibilidad de este colectivo que se enfrenta a dificultades y barreras específicas, a veces autoimpuestas, porque ellas mismas asumen los estereotipos, prejuicios y roles sociales que su entorno y la sociedad les impone.
Por su parte, el presidente de Ascasam, Ignacio Fernández, ha indicado que una de las prioridades de la asociación es la gestión del conocimiento y la información, todo ello con la finalidad de mejorar la calidad de vida de este colectivo, de sus familiares y allegados y prevenir la exclusión de las personas con problemas de salud mental.
Ascasam es una ONG que trabaja en el ámbito de la salud mental y forma parte de CERMI-Cantabria. Cuenta con dos viviendas tuteladas en Santander, con 17 plazas concertadas; tres centros de rehabilitación psicosocial en Santander, con 40 plazas concertadas; otro en Colindres, con 40 plazas concertadas; y un tercero en Reinosa, con 25 plazas concertadas. También tiene dos centros ocupacionales: uno en Santander (22 plazas concertadas) y otro en Colindres (35 plazas concertadas).