MADRID, 8 Oct. (EUROPA PRESS) -
Las mujeres con una variante del gen (alelo APOEe4) asociado con la enfermedad de Alzheimer tienen una disminución más pronunciada en el índice de masa corporal (IMC) después de los 70 años de edad frente a aquellas mujeres que no poseen la versión del gen, independientemente de si se llegan a desarrollar demencia o no.
El hallazgo, realizado por ientíficos dirigidos por Deborah Gustafson, profesora de Neurología en el 'SUNY Downstate Medical Center', en Nueva York, Estados Unidos, y que se publica en la edición digital de 'Journal of Alzheimer's Disease', se suma a un cuerpo de evidencias que sugiere que el cambio de peso corporal puede ayudar en el diagnóstico y el manejo de la enfermedad de Alzheimer.
Gustafson, también investigadora en la Universidad de Gotemburgo, la Academia Sahlgrenska y la Unidad de Investigación de Epidemiología en Neuropsiquiatría, en Suecia, señala que las mujeres tienden a mostrar evidencia de una relación en forma de U entre la edad y el peso corporal o el índice de masa corporal (IMC), un marcador común de sobrepeso y obesidad.
Desde la mediana edad hasta aproximadamente los 70 años, los adultos tienden a aumentar de peso y después de los 70 años, el peso suele disminuir. Este cambio de peso durante el curso de la vida puede deberse al envejecimiento, los cambios en la composición corporal, el metabolismo de la energía, cambios sensoriales y en el cerebro relacionados con la regulación de los procesos básicos del cuerpo.
Sin embargo, entre los adultos que desarrollan demencia, el IMC difiere durante el transcurso de la vida. Los estudios han demostrado que tener más sobrepeso u obesidad en la mediana edad puede incrementar el riesgo de demencia y que después de los 70, los adultos que desarrollan demencia pueden perder peso más rápidamente en comparación con aquellos que no sufren demencia y que si uno tiene un poco más de sobrepeso en la edad adulta, resulta protector tanto para la demencia como la muerte.
Gustafson explica: "En este estudio, hemos seguido a mujeres suecas durante casi 40 años, desde los 38 a los 60 años. Rastreamos su IMC en relación con la aparición de demencia y consideramos el papel potencial del alelo APOEe4, un factor de riesgo conocido para la demencia de aparición tardía". Y añade: "En una publicación anterior, hemos demostrado que el desarrollo de la demencia se vincula con el patrón específico de cambio de IMC a largo de la vida. Las mujeres que desarrollaron demencia después de los 65 años tendían a incrementar el IMC a un ritmo más lento durante la mediana edad".
"Ahora, se muestra que las que tienen el alelo APOEe4 experimentan una mayor o más pronunciada disminución en el IMC después de los 70 años, desarrollen demencia o no. El cambio de peso corporal y de IMC se miden fácilmente, por lo que son potenciales indicadores de pronóstico no invasivos para la demencia. Saber más sobre un alelo de riesgo relativamente común, como el APOEe4, y cómo modifica el riesgo puede ayudar a entender cómo podemos intervenir mejor en aquellos con mayor riesgo de demencia", concluye Gustafson.